Un grupo de siete jóvenes, con edades comprendidas entre 15 y los 22 años, está en huelga de hambre desde el lunes hasta el viernes para que las familias de los niños indocumentados sean "tratadas con compasión" y para que obtengan sus papeles.
Cinco de los participantes son hispanos. El ayuno, que se celebra en la ciudad de Los Ángeles, ha sido ampliamente glosado en diversos periódicos y emisoras de televisión de EEUU y cuenta con el apoyo de figuras como el presidente del Senado de California.
Coincide con otros actos solidarios, como el ofrecimiento de la Archidiócesis de Chicago para acoger a los menores indocumentados, y que cuenta ya con varios centenares de voluntarios dispuestos a albergar a los niños en sus casas.
Entre tanto, y en declaraciones al Dallas Morning News, varios sheriffs texanos han mostrado sus sorpresa ante la decisión del gobernador Rick Perry de enviar 1.000 soldados a la frontera. Opinan que sus figuras serán decorativas, pues no están facultados para realizar detenciones o inspeccionar vehículos, y no tiene sentido que la Guardia Nacional se ocupe de un problema de índole humanitaria.
"Desconozco para que puede servir. No puedes salir aquí y ejercer de policía. Tengo la sensación de que en estos momentos mucha gente está haciendo cosas por una cuestión política; dudo que eso ayude", comentó al rotativo de Texas el sheriff del Condado de Cameron, Omar Lucio.
