España perderá alrededor de 15.000 camas en sus hospitales durante este verano.
“Esto se produce como consecuencia de los recortes estivales que ha supuesto, un año más, menos servicios y profesionales para atender a los ciudadanos”, afirma el sindicato de enfermería SATSE en un comunicado enviado a Nóvosti.
En estos últimos años de crisis económica, los hospitales autonómicos han cerrado entre el 15% y el 20% de las camas durante los meses de julio y agosto.
SATSE alerta de que este año, en algunas comunidades autónomas “el cierre de camas ha empezado antes, en el mes de junio, y se prevé que se alargue hasta el mes de noviembre”.
“Entre otras graves consecuencias, la decisión provoca el aumento de las listas de espera, tanto médicas como quirúrgicas, las altas de forma precipitada, y el amontonamiento de pacientes en urgencias, obligando a los profesionales a atenderlos, en muchos casos, en los pasillos”, afirma en el comunicado el sindicato de enfermería.
Francesc Duch, secretario general del Sindicato de Médicos de Catalunya, ha asegurado hoy en declaraciones a Nóvosti, que las consecuencias de este cierre “no se han hecho esperar”. “Es una estrategia de ahorro que colapsa las urgencias y los pacientes tienen que esperar hasta cinco días para poder estar en una cama”, afirma Duch, “han cerrado camas por encima de sus posibilidades, cuantas menos camas, menos personal médico, lo que implica que la atención sanitaria sea peor”, afirma el médico.
“Llevamos cuatro años de recortes, siempre dicen que las camas se cierran en época estival pero después hay plantas que quedan cerradas para siempre. En Catalunya, en 1992, había 20.000 camas, ahora hay 13.000, estamos en una cifra peligrosamente baja”, afirma Duch a Nóvosti.
El secretario general asegura que en muchas zonas turísticas, especialmente en la costa mediterránea donde la población se multiplica en verano por la llegada de turistas, “no se deberían cerrar las camas en los hospitales ante el aumento de la población, sin embargo, se hace igual”.
Los ciudadanos siguen protestando contra los recortes sanitarios y, en algunas zonas, los pacientes se niegan a abandonar sus camas para impedir el cierre de esas habitaciones. Este es el caso del Hospital de Bellvitge, centro de referencia en la provincia de Barcelona, donde trece enfermos están atrincherados en sus camas para evitar el cierre, con el apoyo de todos los vecinos de la localidad catalana de L’Hospitalet.
La alcaldesa socialista de la ciudad, Núria Marín, ha manifestado su apoyo “al que seguramente es hoy el mejor ejemplo que podemos poner de lucha y de defensa de la sanidad pública”, afirma en un comunicado. “Todo mi apoyo a los pacientes que se aferran a sus camas para que no cierren las plantas del hospital y a los profesionales que a pesar de la difícil situación que viven no reducen la calidad de su trabajo".
