Los expertos que investigan las causas de la catástrofe del Boeing malasio en Ucrania afirmaron no haber encontrado pruebas de que el registrador de conversaciones del avión haya sido manipulado.
“El registrador de conversaciones está dañado pero el soporte que contiene los datos está intacto”, indicó este miércoles el Consejo holandés de Seguridad en un comunicado citado por Reuters. “Tampoco hay prueba alguna de que (la caja negra) haya sido manipulada”, dice el documento.
El organismo, que coordina la investigación, señaló además que el examen de la segunda caja negra comenzará este jueves.
Expertos de la Base de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB, en sus siglas en inglés), en Farnborough, adonde llegaron el miércoles ambos registradores de vuelo, confían en descargar en las próximas 48 horas todos los datos grabados. Sin embargo, el análisis de los datos puede prolongarse por meses.
Una de las cajas -que realmente son de color naranja- registra las conversaciones del piloto y copiloto, además de otros sonidos que hayan resonado en la cabina. El segundo aparato habrá grabado el parte de vuelo que tomó el MH17 desde su despegue en Ámsterdam y hasta su caída en el este de Ucrania, el pasado 17 de julio.
Antes de su llegada al Reino Unido, ambos registradores fueron entregados a la delegación del Gobierno malasio por el líder de la autodenominada República Popular de Donetsk, Alexandr Borodái.
La información extraída por los técnicos del AAIB se incluirá entre el resto de la investigación sobre la catástrofe aérea, coordinada por Holanda.
El Boeing 777 de Malaysia Airlines que realizaba el vuelo MH17 de Ámsterdam a Kuala Lumpur, cayó el pasado 17 de julio en el este de Ucrania, en una zona controlada por las milicias que luchan contra Kiev. Murieron todas las 298 personas a bordo, en su mayoría nacionales de Holanda.
Kiev culpó de la catástrofe a los milicianos, que a su vez negaron disponer de armas capaces de derribar aviones a una altura de 10.000 metros.
