Desde que comenzó 2014 más de 3.000 niños indocumentados han llegado a la ciudad de Nueva York, y otros 7.000 que lo hagan en los próximos meses.
Para afrontar la crisis, sistémica y que recorre todos los estados del país, la New York Inmigration Coalition, que representa a más de 200 organizaciones de ayuda al inmigrante, llamó el miércoles en una rueda de prensa a que la ciudad lidere la respuesta a nivel nacional.
Nisha Agarwal, Comisionado de la Ciudad de Nueva York para la Inmigración, fue tajante al afirmar "la decisiva importancia de que los menores resistan asistencia legal; no en vano cuando cuentan con un abogado aproximadamente un 50% logra el asilo, mientras que si comparecen solos ante el tribunal sólo uno de cada diez lo alcanza".
Claire Sylvan, directora ejecutiva de Internationals Network for Public Schools, comentó que "América se fundó por quienes huían de la pobreza y la opresión y como un refugio para las libertades”.
“Los niños que ahora llegan no pueden regresar y es nuestra obligación moral ayudarlos", indicó.
Entre tanto, Steven Choi, director de la New York Inmigrant Coalition, recordó que la ley de 2008 fue "aprobada por el gobierno de George Bush al reconocer que los menores que huían de Centroamérica lo hacían para escapar de un peligro de muerte, y deportarlos supondría en la práctica condenar a muchos de ellos a una muerte violenta".
Choi alertó de que el gobierno de Obama, en vez de aportar fondos adicionales, quiere sustraerlos de otros servicios de ayuda al inmigrante.
"Quiero recordar que según Naciones Unidas al menos el 60% de los menores cumplen los requisitos para solicitar asilo legal como víctimas y desplazados por la violencia, y en definitiva es fundamental que Nueva York sea fiel a su historia y lidere la respuesta y la ayuda a estos niños para que sirva de ejemplo a nivel nacional", sentenció.
Según Sylvan, “enviar a un hijo, sólo, a cruzar miles de kilómetros y jugarse la vida supone haber alcanzado un punto límite, comparable con el de los menores que durante la Segunda Guerra Mundial fueron enviados a Reino Unido huyendo del nazismo".
Mario Russell, director de en la Division of Inmigrant and Refugee Services at Catholic Charities, explicó que "las familias no saben dónde obtener servicios de ayuda, necesitan asistencia, y durante los últimos meses tanto los niños como sus cuidadores han ofrecido testimonios espantosos de la violencia de la que escapan y del increíble viaje que han realizado”.
“Algunos fueron secuestrados en la frontera hasta que sus familias pudieron pagar sus rescates, otros han llegado con heridas de bala, y deberíamos estar orgullosos de que esas familias nos envíen a sus niños porque consideran que en los EEUU se les puede defender", comunicó.
