El régimen de Kiev puede caer hasta enero de 2015 si EEUU no le ayuda, pero es poco probable que Washington renuncie a su “proyecto geopolítico”, afirmaron participantes de la mesa redonda “Ucrania: las autoridades y el pueblo. Pronósticos y comentarios”, celebrada en esta agencia.
PERSPECTIVAS DE KIEV
“EEUU no querrá financiar la existencia del Estado ucraniano que de hecho ha dejado de existir. Dniepropetrovsk, Zaporozhie y Odesa no los controla Kiev, sino Kolomoiski (gobernador de la provincia de Dniepropetrovsk). Las regiones occidentales están bajo control del partido “Svoboda”, dijo el politólogo ucraniano Rostislav Íschenko.
Agregó que el régimen de Kiev se parece al Senado romano del año 476, que se reunía para debatir problemas globales cuando el Imperio Romano había caído. A su juicio, el régimen de Kiev caerá hasta enero de 2015, porque los principales aliados de Ucrania no planean su existencia a largo plazo.
Señaló que el presidente Petró Poroshenko y el primer ministro Arseni Yatseniuk, que anunció su dimisión, son peones en el tablero de ajedrez. Es EEUU que realmente dirige Ucrania, pero su proceder está apuntado a hacer un daño máximo a Rusia. Washington no querrá invertir dinero para reconstruir Járkov, Odesa y Donbass. Rusia tendrá que hacerlo, pues no le conviene tener una Somalia cerca de sus fronteras, dijo.
Según experto, otra provocación probable será un ataque del Ejército ucraniano a Crimea, cuya adhesión a Rusia no fue reconocida por la comunidad mundial.
En cambio, el experto ruso Alexandr Guschin opina que no se debe esperar una verdadera catástrofe económica en Ucrania y su sucesiva desintegración. “EEUU concibió este proyecto geopolítico no con el fin de abandonarlo en los próximos meses”, indicó. También recordó que al Congreso estadounidense fue presentada una resolución sobre la necesidad de conceder a Ucrania el estatus de aliada militar de EEUU, lo que permitiría a Washington prestarle ayuda militar y usarla como factor de presión sobre Rusia.
JAGADA POLÍTICA DE YATSENIUK
Según Guschin, la dimisión anunciada por el primer ministro Arseni Yatseniuk es un intento de quitarse encima la responsabilidad por el desarrollo negativo de acontecimientos en el futuro.
Esta opinión la comparte Andréi Baklánov, vicepresidente de la Asociación de Diplomáticos de Rusia. “Pese al carácter dramático de la situación en Ucrania, solo es un prólogo de otros acontecimientos que llevarán a la formación de un nuevo Estado”, dijo.
El director del Instituto ucraniano de Análisis Político y Estudios Internacionales, Serguéi Tolstov, cree que Yatseniuk intenta salvar su rostro político, mostrando disgusto con el proceder del Parlamento y la reacción de la clase política a las tareas que planteó.
El 25 de julio, Yatseniuk anunció su dimisión en protesta contra la negativa de la Rada Suprema (Parlamento) de aprobar un proyecto de ley sobre el aumento de la financiación a los grupos armados que llevan a cabo la operación especial en el este del país y de varios proyectos de reformas.
