El candidato a presidente de Brasil por el Partido Socialista de Brasil (PSB), Eduardo Campos, murió este miércoles en un accidente aéreo tras derrumbarse el helicóptero en el que viajaba sobre la ciudad de Santos, en el litoral de Sao Paulo.
Campos salió a las 9,20 (hora local) de la mañana de este miércoles desde el aeropuerto Santos Dumont de Río de Janeiro junto con un reducido grupo de asesores y familiares en dirección a Santos, ciudad situada en el litoral del estado de Sao Paulo, donde tenía previsto un acto.
Cuando se aproximaba a la localidad, según afirmaron fuentes de la autoridad aeronáutica, el piloto del helicóptero intentó aterrizar, pero los fuertes vientos que soplaban hoy sobre Santos impidieron la maniobra.
Entonces, canceló la maniobra y, cuando intentaba volver a elevarse, las inclemencias provocaron que la aeronave cayese, según informaron las autoridades aeronáuticas.
Los restos de la aeronave cayeron sobre la ciudad e hirieron a siete personas y causaron diversos daños, al menos, en tres inmuebles, según informaron los bomberos de la localidad.
El helicóptero en que viajaba pertenecía a la empresa AF Andrade, de Ribeirao Preto (estado de Sao Paulo), que se dedica a la producción de azúcar y alcohol y ya había sido usado por el candidato en otras ocasiones, según informó el diario O Globo.
Según informaciones difundidas por las autoridades, junto a Campos viajaban en el helicóptero los asesores Pedro Valadares y Carlos Percol, el fotógrafo Alexandre da Silva y el cámara de televisión Marcelo Lira, que trabajaban en la campaña
Además de los pasajeros, en el helicóptero viajaban los pilotos Marcos Martins y Geraldo da Cunha.
Los siete han fallecido en el acto.
Eduardo Campos, de 49 años, era el líder del PSB con el que aspiraba a dar la sorpresa en las elecciones que se celebrarán el próximo día 5 de octubre y en las que la actual presidenta, Dilma Rousseff es la favorita.
En las encuestas, Campos estaba situado en tercera posición en la carrera electoral y los sondeos le otorgaban alrededor del 8% de los votos.
Para conseguir dar la sorpresa, Campos contaba con el apoyo de la exministra del gobierno de Rousseff, Marina Silva, que era una de las dirigentes mejor valoradas por la sociedad del país suramericano.
Formado en Economía en la universidad, Campos se inició en la política en los años 80 y en 1986 se unió a su abuelo, Miguel Arraes, durante su campaña a gobernador de Pernambuco.
Tras la elección de Arraes en 1987, Campos se unió al gabinete del nuevo gobernador.
En 1990 se afilió al PSB y adquirió progresivamente peso dentro de la política brasileña, especialmente por su cercanía al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Su cercanía con Lula hizo que en el año 2004 fuese nombre ministro de Ciencia y Tecnología, cargo que ocupó durante un año y medio.
Pese a la cercanía con el expresidente Lula, su relación con la actual presidenta, Dilma Rousseff, no era buena, por lo que progresivamente fue alejándose de la dirigente.
Rousseff canceló todos los actos tanto como presidenta como en su faceta de candidata del Partido de los Trabajadores (PT) y extendió la directriz a los miembros de su partido para que no se desarrollen ninguno de los compromisos electorales previstos, según fuentes oficiales.
Ahora, según la ley electoral brasileña, su partido tiene diez días para sustituirlo si bien fuentes del partido declararon que todavía no es momento para tomar una decisión.
Tras el luto guardado por sus compañeros, el PSB deberá elegir a cualquier persona del propio partido o de los que acuden coaligados a las elecciones del 5 de octubre.
Entre los nombre más repetidos está el de la candidata a vicepresidenta, Marina Silva, que, además de su buena valoración entre la sociedad brasileña, tenía un peso muy importante en la candidatura de Campos.
