Honduras expresó a México su respeto a la decisión de impedir que los migrantes centroamericanos suban a los techos del tren de carga apodado “La Bestia”, que cruza el país de sur a norte, pero pidió buscar una ruta alternativa hacia la frontera con EEUU, dijo este jueves la Primera Dama hondureña, Ana García de Hernández.
"En el tema de regular que los migrantes se suban al tren, es una decisión del Estado mexicano que nosotros vamos a respetar. Sin embargo, entendemos también los peligros que enfrentan los migrantes que se suben al tren, no lo podemos desconocer", dijo la esposa del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, luego de una gira por albergues de la frontera sur mexicana con Guatemala.
"Deberíamos trabajar en alguna ruta de trabajo conjunta, alguna ruta alternativa que pudieran usar los migrantes, para poder apoyarles, acompañarles, en este tránsito a través de la República Mexicana. Eso es precisamente lo que nuestro país está queriendo hacer al abrir cuatro nuevos consulados", dijo la esposa del presidente Hernández en la capital mexicana.
Ambos países trabajan en identificar las zonas más transitadas para apoyar a los migrantes, estableciendo una ruta segura, si se prohíbe el uso del tren "La Bestia", dijo García de Hernández, luego de visitar estaciones de detención migratorias y albergues en Tapachula, ciudad fronteriza con Guatemala, y la Ciudad de México.
El gobierno de México y organismos internacionales estiman que el número de migrantes centroamericanos que cruzan hacia la frontera de EEUU ronda en los 100.000 cada año y de ellos, entre 50.000 y 90.000 utilizan “La Bestia”, apodado así porque ha triturado o mutilado a cientos de migrantes que han caído bajo los fierros a lo largo de los años.
La Primera Dama se reunió con funcionarios y organizaciones civiles que ayudan a los migrantes, en particular de la iglesia católica, como el padre Alejandro Solalinde, que dirige un albergue a la vera de la línea férrea del tren de carga, en Ixtepec, en el sureño estado mexicano de Oaxaca, de donde parte la travesía, 750 km al sur de Ciudad de México.
“México mantiene un modelo de detención de migrantes que genera consecuencias psicológicas en las personas, sobre todo en los menores de edad”, dijo la representante del Presidente hondureño, al abordar el tema de los niños sin acompañante que buscan entrar ilegalmente en EEUU desde México.
Si se cierra el acceso a “La Bestia” decenas de miles de migrantes tendrían que adentrarse a pie en las profundidades del territorio mexicano para enfrentarse a peligros todavía mayores, sobre todo los menores.
Unos 60.000 niños solos –la mayoría centroamericanos, sobre todo hondureños–, han sido detenidos en los últimos 10 meses por la Patrulla Fronteriza de EEUU, cinco veces más que en 2011, y esperan su deportación en albergues.
Los migrantes más pobres sin recursos para pagar el avión o el autobús, toman siete o nueve trenes para cruzar México, viajando en el techo, para una travesía de uno o dos meses, donde tienen el apoyo de albergues distribuidos a lo largo de la ruta, la mayoría de la iglesia católica.
