Los camiones del convoy humanitario ruso entraron en Ucrania en contra del acuerdo logrado, declaró el Servicio ucraniano de Fronteras.
"Los camiones empezaron su avance hacia el territorio de Ucrania cuando un grupo de aduaneros y guardias de fronteras había quedado bloqueado en el puesto de control ruso Donetsk. Se pusieron en marcha a las 11.20, sin que les acompañaran representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja y en contra del acuerdo logrado acerca del control de las mercancías", indica el comunicado oficial.
El Consejo ucraniano de Seguridad Nacional advirtió por su parte que Moscú cargará con las consecuencias tras la entrada del convoy humanitario en el este de Ucrania.
“Ucrania propuso a Rusia organizar negociaciones entre jefes de Estados Mayores, pero no llegaron a celebrarse por la negativa rusa… Señalamos que la Federación Rusa será enteramente responsable por la seguridad del convoy humanitario ruso durante su movimiento por un territorio que no está bajo control de las fuerzas ucranianas”, dijo Andréi Lisenko, portavoz del Consejo.
También afirmó que la parte rusa impidió el acceso de aduaneros, guardias de Fronteras y funcionarios del Comité Internacional de la Cruz Roja a unos 90 camiones que acaban de aproximarse a la frontera.
El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Valentín Naliváichenko, calificó la entrada del convoy ruso de "incursión directa que cínicamente usa como cobertura a la Cruz Roja".
"Se trata de vehículos militares, de efectivos con documentos falsos. En lugar de conductores van militares formados para manejar carros de combate, artillería y otra maquinaria", dijo el funcionario, citado por la agencia de noticias ucraniana Unian.
Anteriormente, Moscú autorizó a la caravana humanitaria a cruzar la frontera y advirtió contra cualquier intento de bloquear su avance hacia Lugansk.
La Cancillería rusa señaló este jueves que Kiev estuvo varios días aplazando un permiso imprescindible para la Cruz Roja, inventando nuevos pretextos mientras aumentaba los ataques contra Lugansk y Donetsk utilizando la aviación y la artillería pesada contra barrios residenciales.
Rusia envió al sureste ucraniano un convoy de 280 camiones blancos Kamaz que llevan, en particular, 400 toneladas de granos, 100 toneladas de azúcar, 54 toneladas de fármacos e instrumental médico, 12.000 sacos de dormir y 69 generadores eléctricos.
