Los habitantes de la franja de Gaza y del sur de Israel han pasado su primera noche realmente tranquila en 50 días.
Un acuerdo para detener la guerra entró en vigor ayer a las 7 de la tarde (hora local) y puso fin a los bombardeos de Israel sobre Gaza y al lanzamiento de misiles desde la franja sobre territorio israelí, al menos durante un período largo de tiempo.
Las calles de Gaza ciudad y de otras localidades de la franja se llenaron de gente que celebraba el fin de la ofensiva militar israelí, que ha matado a 2.141 personas en Gaza –seis de ellas poso antes de que se anunciase la tregua– y ha herido a más de 11.000. Más del 70% de los muertos son civiles, según la ONU.
En Israel no hubo fiesta en las calles, pero sí un alivio contenido en las poblaciones más cercanas a Gaza, las que sufren más el lanzamiento de misiles y proyectiles de mortero: 4.562 en total en siete semanas de conflicto.
El fuego de mortero mató ayer, media hora antes de la tregua, a un civil e hirió a otro que acabó sucumbiendo a sus heridas horas después. Los civiles muertos en Israel son seis, entre ellos un niño de 4 años. El Ejército israelí ha sufrido 64 bajas en los combates que ha librado en Gaza contra grupos palestinos.
El presidente palestino, Mahmud Abás, anunció el alto el fuego poco antes de la 7 de la tarde. "Durante estos 50 días (de ofensiva) o más hemos concentrado cada esfuerzo para distribuir a nuestra gente lo que necesitaba (…) Pero no es suficiente. La gente en Gaza necesita muchas más cosas. Es urgente que haya un apoyo rápido para curar la herida que se la causado a Gaza", señaló Abás.
"La cuestión ahora es ¿qué pasará después? Gaza ha sufrido tres guerras y tenemos que esperar otra? Vamos a consultar con nuestros amigos y con la comunidad internacional, no podemos seguir con negociaciones borrascosas", subrayó.
El pacto acordado entre las dos partes, según han comentado a RIA Nóvosti fuentes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), "se ha producido porque ha habido muchas presiones sobre Israel y Hamás. El pacto no prevé en absoluto el levantamiento total del bloqueo sobre Gaza. En una primera etapa, se abrirán los pasos fronterizos para poder reconstruir Gaza y suponemos que los gazatíes obtendrán más permisos para salir. El paso fronterizo de Rafah (con Egipto) se abrirá con la presencia de fuerzas de la Autoridad Palestina. En una segunda etapa se discutirán las demandas de la construcción de un puerto y la apertura del aeropuerto".
Israel permitirá la entrada de material de construcción, ahora muy restringido, para reconstruir la franja. Según nuevos datos de la OLP, 40.000 viviendas han quedado total o parcialmente destruidas y 7.600 más han sufrido daños.
También ampliará la zona de pesca a 6 millas náuticas (ahora es de solo 3 millas), tal y como se estableció ya en el acuerdo de alto el fuego que puso fin a la guerra de noviembre de 2012 en Gaza. Este punto y muchos otros se cumplieron solo unos días, otros nunca se respetaron, especialmente los que tenía que cumplir Israel.
En el período de un mes, israelís y palestinos discutirán en El Cairo sobre las demandas de Hamás de construir un puerto y rehabilitar el aeropuerto, la puesta en libertad de cien presos –algunos de ellos ya liberados en el intercambio por el soldado Gilad Shalit, en 2011 y arrestados de nuevo– y sobre las exigencias de Israel, que quiere la desmilitarización de Gaza. Los israelís y los egipcios solicitan garantías de que no entrarán armas en la franja. El acuerdo pactado ahora es de mínimos, una fórmula que permite poner fin a la guerra, pero no solucionar los temas espinosos.
La Casa Blanca está satisfecha y ha llamado a israelís y palestinos a "cumplir totalmente con los términos" del pacto. Hamás vendió el alto el fuego como "una victoria de la resistencia palestina, el triunfo de Gaza (...) y la firmeza de nuestro pueblo y su noble resistencia", afirmó el portavoz de Hamás Sami Abu Zuhri. "Los colonos israelís que viven cerca de Gaza pueden volver a sus casas", añadió.
Israel anunció que aceptaba el plan egipcio de tregua, a pesar de que algunos ministros del Gobierno como los ultraderechistas Naftali Bennett y Avigdor Lieberman, dijeron que no lo apoyaban y se han mostrado muy molestos porque el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no tuvo en cuenta su posición.
Las últimas encuestas muestran que solo el 38% de los israelíes está satisfecho con Netanyahu y el 50% está descontento. Algunos analistas apuntan que en las próximas semanas, el primer ministro podría tener que afrontar graves problemas internos en su coalición de gobierno.
Fuentes israelís apuntaron que estaban "satisfechas" porque habían asestado "un golpe devastador" a Hamás. "Hemos destruido 5.200 objetivos terroristas y hemos matado a mil terroristas", aseguraron.
Israel lanzó el 8 de julio la operación Margen Protector para "poner fin al lanzamiento de cohetes y acabar con la red de túneles" que lo grupos palestinos habían construido en la frontera con Israel.
