La reforma de la Ley de Publicidad obligará a las celebridades chinas a probar los productos y servicios que anuncien.
La enmienda a la ley, que será discutida en el Congreso Nacional del Pueblo, pretende que los famosos se responsabilicen de lo que publicitan después de que varios de los productos se hayan demostrado de mala calidad, fraudulentos o peligrosos para la salud.
En caso de incumplimiento, los anunciantes afrontarán la confiscación de las sumas pagadas por las firmas y multas que pueden llegar al doble de esa cantidad. Si los derechos de los consumidores se ven afectados, responderán junto a la compañía de las responsabilidades derivadas.
El cómico Guo Degang ha anunciado té producido ilegalmente y Zhao Zhongxiang, un respetabilísimo presentador televisivo, hubo de disculparse porque las medicinas contra resfriados y problemas cardiacos que aconsejaba se demostraron ineficaces. Los casos de publicidad fraudulenta ya empujaron en 2007 a la Asociación de Consumidores de Pekín a pedir a los famosos más cautelas con los productos que publicitaban. La iniciativa dotaría de fuerza legal a esa recomendación.
La enmienda ha sido uno de los temas más comentados en las redes sociales. En China es habitual que las celebridades cedan su imagen a la publicidad. Es difícil encender la televisión u hojear una revista sin que aparezca el actor hongkonés Jackie Chan detrás de todo tipo de productos. "Es bueno y necesario para los consumidores, reducirá las posibilidades de compras equivocadas", ha dicho el experto legal Liu Keqi al Diario de Yangtze.
La cuestión relevante es cómo se va a fiscalizar el cumplimiento de la ley en algunos casos a priori complicados. Tang Guoqiang, una celebridad televisiva, ha recomendado la compra de máquinas excavadoras, mientras el actor taiwanés Jiro Wang ha publicitado compresas. Es sólo uno de los famosos masculinos que ha puesto su rostro en productos como sujetadores o jabón corporal para mujeres.
