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Armas químicas en Siria

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El 21 de agosto de 2013 los medios informaron sobre el uso de armas químicas por las tropas gubernamentales sirias en las afueras de Damasco.

El 21 de agosto de 2013 los medios informaron sobre el uso de armas químicas por las tropas gubernamentales sirias en las afueras de Damasco.

Según datos de Inteligencia de EEUU, el ataque químico provocó al menos 1.429 muertos, entre ellos 426 niños.

Ambos bandos del conflicto en reiteradas ocasiones rechazaron la responsabilidad de la matanza, acusándose mutuamente, y los países occidentales comenzaron a considerar una intervención directa en el conflicto sirio.

Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, condenó a los llamamientos de solucionar la crisis militarmente.

El 26 de agosto inspectores de Naciones Unidas comenzaron a investigar el supuesto uso de agentes tóxicos en Siria. Examinaron las afueras de Damasco, interrogaron a las víctimas y recogieron muestras, también biológicas.

El 9 de septiembre el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, declaró que el presidente de Siria, Bashar Asad, podría evitar una intervención militar extranjera si durante la semana siguiente transmitiera todas las armas químicas a la comunidad internacional.

Moscú llamó a Siria a entregar las substancias tóxicas bajo control internacional. Siria apoyó la iniciativa rusa.

El presidente de EEUU, Barack Obama, declaró que EEUU estaba dispuesto a aplazar la operación militar contra Siria a condición de que las armas químicas pasaran bajo control internacional.

El 13 de septiembre se supo que el Gobierno sirio solicitó la adhesión a la Organización de Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).

El 14 de septiembre los titulares de Exteriores de Rusia y EEUU se pronunciaron conjuntamente por la solución política del conflicto, la no injerencia y el retiro de las armas sirias del país árabe o su destrucción para mediados de 2014.

El 16 de septiembre se publicó un informe de expertos de la ONU sobre el uso de armas químicas en Siria. La comisión que investigó las afueras de Damasco indicó que disponía de pruebas convincentes del uso de agentes tóxicos en torno al 21 de agosto.

Los inspectores declararon que misiles tierra-tierra cargados con sarín se usaron contra civiles en las afueras de Damasco.

El informe indica que las ojivas de los misiles podrían haber sido de fabricación industrial o casera. Uno de los propulsores de cohete estaba marcado con letras cirílicas.

El director del Centro de Análisis y Tecnologías, Ruslán Pújov, señaló que las municiones soviéticas que encontraron los expertos pertenecen a sistemas de lanzaderas múltiples que ya no utiliza el Ejército sirio y supuso que fueron reconfigurados para llevar una carga química.

EEUU y el Reino Unido declararon que el informe de la ONU probaba la culpa del Gobierno de Siria.

Por su parte, Rusia expresó su decepción por el hecho de que las conclusiones eran políticamente motivadas y parciales.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declaró que los expertos no tenían como objetivo determinar a los culpables del ataque químico.

El 28 de septiembre el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó unánimemente una resolución sobre Siria que apoyaba la iniciativa de la OPAQ encaminada a destruir los arsenales químicos de Siria. También determinó que ninguno de los bandos del conflicto sirio puede desarrollar, fabricar, adquirir, acumular, almacenar o transmitir a terceros armas químicas.

El 11 de octubre el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la creación de una misión conjunta con la OPAQ para destruir el programa militar químico en Siria.

El 14 de octubre Siria se adhirió oficialmente a la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas.

Damasco declaró tener 1.300 toneladas de sustancias químicas y precursores que sirven para fabricar armas así como más de 1.200 municiones no cargadas. Además, Siria informó sobre 41 estructuras en 23 instalaciones donde se podía producir armamento químico.

El 31 de octubre la OPAQ anunció que todas las instalaciones declaradas por autoridades sirias habían sido destruidas.

El 16 de noviembre el Consejo Ejecutor de la OPAQ aprobó un plan detallado de destrucción de los arsenales químicos sirios que prevenía que todos los materiales para fabricar ese tipo de armas se debían sacar de Siria hasta el 5 de febrero de 2014 y los más peligrosos hasta el 31 de diciembre de 2013.

La OPAQ precisó que para noviembre de 2013 fueron destruidas más del 60% de las municiones no cargadas en Siria. El resto debía eliminarse para el 31 de enero de 2014.

La declaración precisaba que las instalaciones vinculadas con los arsenales químicos se debían destruir desde el 15 de diciembre de 2013 y hasta el 15 de marzo de 2014. También indicaba que las armas químicas se transportarían fuera de Siria para ser destruidas.

El 27 de diciembre la OPAQ informó que las autoridades sirias cumplieron totalmente el plan de destrucción de municiones no cargadas (categoría 3), antes del plazo fijado. La misión conjunta de la OPAQ y la ONU confirmó también la eliminación del 64% de los contenedores vacíos, declarados por Damasco y destinados a almacenar las sustancias químicas. Además, se aniquilaron ocho instalaciones móviles de fabricación de armas químicas y en otras siete se destruyeron los equipos.

El 21 de febrero de 2014 las autoridades sirias presentaron a la OPAQ un nuevo plan para sacar el total de las armas químicas de su territorio para el 27 de abril. El plan inicial no se pudo cumplir a causa de la inestabilidad reinante en el país.

El 24 de abril la jefa de la misión conjunta de la ONU y la OPAQ, Sigrid Kaag, declaró que un 92,5% de las armas químicas sirias habían sido destruidas o sacadas del territorio del país.

El 23 de junio el director general de la OPAQ, Ahmet Üzümcü, comunicó que Siria transmitió al organismo el 8% de los agentes tóxicos restantes para su destrucción.

Más de 600 toneladas de las sustancias más peligrosas se sacaron de Siria en un buque de la Armada estadounidense para destruirlas en aguas internacionales en un navío equipado con sistemas de FDHS. Varios países prestaron ayuda logística y material para llevar a cabo la operación.

Según el Pentágono, para inicios de agosto los expertos militares y civiles destruyeron el 100% del sarín sacado de Siria en el buque estadounidense Cape Ray estacionado en el mar Mediterráneo. En total, se aniquilaron 581 toneladas de agentes tóxicas.

A la vez, especialistas del Pentágono comenzaron a neutralizar unas 20 toneladas de sustancias aptas para fabricar gas mostaza. Debían terminarlo para finales de agosto.

Las 1.300 toneladas de sustancias de la categoría 2 de peligrosidad fueron llevadas a empresas comerciales en Finlandia, EEUU y el Reino Unido. El 31,8% de ellas se destruyó para el 21 de julio, según la OPAQ.

El 6 de agosto el Ministerio de Exteriores del Reino Unido anunció que se concluyó la destrucción de las sustancias químicas transportadas al país desde Siria. Se trataba de unas 150 toneladas de precursores y más de 40 toneladas de cloruro de hidrógeno y fluoruro de hidrógeno, lo que correspondía al 15% de los volúmenes totales.

El Consejo Ejecutivo de la OPAQ tomó la decisión de destruir 12 instalaciones sirias de fabricación de armas químicas. Según la coordinadora especial para las armas químicas de la misión de la OPAQ y la ONU, Sigrid Kaag, se podría hacerlo en unos seis meses.

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