El Gobierno catalán ha presentado esta mañana los actos de la fiesta nacional de Cataluña más reivindicativa.
La Diada se celebra el próximo 11 de septiembre y este año conmemora el tricentenario de la caída de Barcelona ante las tropas de Felipe V y sus aliados franceses el 1 de septiembre de 1714. Con esta derrota, Cataluña perdió todos sus fueros y privilegios
Por primera vez, el presidente catalán, Artur Mas, hará una ofrenda floral en el lugar más emblemático de los separatistas, el Fossar de les Moreres de Barcelona, donde están enterrados los defensores del cerco a Barcelona en el siglo XVIII. Allí un rótulo recuerda hoy que "aquí no se entierra a ningún traidor".
Los movimientos independentistas han llamado a los catalanes para lograr una movilización sin precedentes que "impacte al mundo" y tienen previsto crear una uve gigante que una las dos arterias principales de la ciudad de Barcelona, la Gran Vía y la Diagonal.
La Diada coincide este año con la llegada de un otoño caliente, dos meses antes de la polémica consulta popular para preguntar a los catalanes si quieren seguir vinculados a España. Madrid ha declarado ilegal el refrendo independentista.
El Parlamento autonómico tiene previsto aprobar una Ley de Consultas este mismo de septiembre, pero el Gobierno de Madrid ya ha anunciado que recurrirá esta iniciativa ante el Tribunal Constitucional, ya que la carta magna española no contempla la celebración de referéndums parciales.
El proceso soberanista ha quedado muy tocado también por la confesión del expresidente Jordi Pujol de haber mantenido su fortuna en paraísos fiscales durante 34 años. Una confesión que ha destruido su perfil de "padre de la patria catalana moderna", escribe hoy en El País el filósofo Josep Ramoneda.
Incluso las asociaciones de vecinos de Barcelona están estudiando presentarse como acusación particular contra el hombre que se autoproclamó referente moral de Cataluña. En un comunicado hecho público hoy en su página web, la poderosa Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona dice que no es un caso aislado la corrupción del ex presidente.
"Estamos delante de un episodio de fin de época. La caída de Pujol es la de un actor fundamental del régimen heredado de la transición (tras la muerte del dictador Francisco Franco). Y, de repente, este escándalo proyecta una cruda luz sobre los entresijos de las últimas décadas de nuestra historia".
