Más de 2,3 millones de personas tomaron parte en simulacros de desastre, comunicó el Ministerio del Interior del país.
Los simulacros tuvieron lugar en la mayoría de las prefecturas de Japón. En Tokio, se ensayaron acciones ante un terremoto de más de 7.3 de magnitud.
Según un pronóstico de los científicos, la probabilidad de un terremoto de más de 7.0 con el epicentro en Tokio es cerca del 70%. Se predice que la catástrofe podría causar más de 23.000 víctimas mortales.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, abrió una reunión “de urgencia” a nivel ministerial a la que todos los funcionarios asistieron ataviados con trajes de emergencia. El presidente del Gobierno llamó a “unir todos los esfuerzos para garantizar la seguridad de la población”.
Los simulacros incluyen la práctica de ejercicios de comunicación entre diferentes órganos del Estado y edificios administrativos, extinción de incendios, evacuación de personal de centros comerciales, administrativos y de educación.
Varias organismos también realizan entrenamientos para garantizar el funcionamiento del transporte público terrestre en caso de que se interrumpa la circulación de trenes y el metro.
Cada 1 de septiembre, Japón lleva a cabo simulacros nacionales para conmemorar el peor terremoto de su historia que sacudió el país en el año 1923.
