Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña durante 23 años, contestó que “no hay nada que declarar” a una inspectora de Hacienda que le preguntó oficialmente si tenía dinero oculto en el extranjero, según revela hoy el diario catalán La Vanguardia.
El patriarca del catalanismo moderno confesó a finales de julio haber mantenido durante 34 años su fortuna en paraísos fiscales. La declaración ha provocado un auténtico terremoto político en una región que tiene previsto convocar unilateralmente un referéndum el 9 de noviembre para preguntar a los catalanes si quieren seguir unidos a España.
El diario explica que los Pujol “a principios del 2013 ya habían recibido el mismo requerimiento de información, pero en este caso, como se ha sabido después, la respuesta fue negativa, pues tanto la madre como sus hijos negaron tener bienes en el exterior. Pero como pasados seis meses desde la contestación, la Agencia Tributaria no realizó ninguna otra diligencia, el trámite prescribió”.
Los investigadores de la Policía calculan que el dinero acumulado por la familia Pujol, el matrimonio y los siete hijos, podría ascender a 2.000 millones de euros producto de las comisiones cobradas mientras estuvo en el poder. En un comunicado, el hombre que se autoproclamó “referente moral” de Cataluña asumió finalmente un fraude fiscal sin especificar la cantidad.
El dinero, una vez regularizado, subía a unos cuatro millones de euros, hasta entonces guardados en la Banca Privada de Andorra. Según el ex dirigente, hoy desposeído de todos sus privilegios políticos y económicos, la fortuna procedía de una herencia de su padre.
Según publica hoy el diario El Mundo, “Pujol sólo declaró el dinero de Andorra al ser descubierto”. Este diario fue el primero en España en destapar el engaño del político el 7 de julio. Según fuentes de la inteligencia financiera, el mandatario “reaccionó a la información con el objetivo de blindar el resto de su patrimonio".
Este martes, el ministro de Hacienda acude al Congreso de los Diputados para explicar si Pujol se benefició de la amnistía fiscal que aprobó el Gobierno conservador. Se espera que la intervención de Cristóbal Montoro sea más política que económica.
