La suspensión de la entrega del primer portahelicópteros Mistral a Rusia es "la decisión menos mala que el gobierno francés podía haber tomado". Así lo manifiesta a Nóvosti Tatiana Kastoueva-Jean, investigadora y responsable del Centro Rusia en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
El miércoles pasado, el gobierno del presidente francés, Francois Hollande, declaró que debido a la situación en torno a Ucrania no se daban las condiciones apropiadas para suministrar el primer buque Mistral a Rusia.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa ruso informó este jueves que no ha recibido de Francia una notificación oficial.
"El dilema era muy difícil para Francia", asegura Kastoueva-Jean, "por una parte, se juega su reputación económica y comercial como vendedor fiable de armamento; por el otro, se jugaba su reputación como socio fiable de la Unión Europea y la OTAN. En cualquiera de los dos casos, Francia sale perdiendo". En opinión de la investigadora, "Francia ha tomado una mala decisión para evitar una peor, como sería la de armar a una de las partes en el conflicto ucraniano".
Kastoueva considera que hubiera sido incoherente para el Gobierno de François Hollande continuar con la transacción económica, al tiempo que mantiene postura solidaria con sus socios de la UE y la OTAN, instituciones que según ella, han hecho presión sobre París para frenar la venta de los Mistral.
Laure Delcour, directora de investigación y especialista en Rusia de otro de los de los principales think-tanks franceses, el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), señala a Nóvosti las posibles consecuencias para la reputación de Francia como vendedor de armamento, pero insiste también sobre el hecho de que París no tenía alternativa.
"De no haber tomado la iniciativa de suspender la entrega de los Mistral, Francia habría sufrido las críticas de sus socios europeos y de la OTAN", dice Delcour, "pero además", añade, "la degradación de la situación militar en Ucrania obligaba también al gobierno francés a tomar una determinación en esa línea".
La decisión del gobierno francés continúa generando polémica en Francia. Los sindicatos de la ciudad de Saint-Lazaire, en cuyos astilleros se han construido las dos naves, se han mostrado "estupefactos y escandalizados" por la medida. Según el Secretario del sindicato Force Ouvirière (Fuerza Obrera), (FO), Jean-Marc Pérez, son centenares de puestos de trabajo los que están en juego y eso, ha manifestado a la prensa, "es inaceptable e intolerable".
Un comité ciudadano llamado "Mistral gagnons" (Mistral ganemos) se ha creado en Saint Nazaire y ha hecho un llamamiento para celebrar una manifestación el próximo domingo frente al "Vladivostok", el navío en el que ya se ejercitan más de 400 marinos rusos. La asociación dice estar "indignada" por la decisión del presidente Hollande y denuncia que "Francia atiende intereses ajenos, en especial de Estados Unidos".
"Mistral gagnons" es considerada como cercana ideológicamente al Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen. La líder del FN ha denunciado, por su parte, "la sumisión del gobierno francés a la diplomacia norteamericana". Según Le Pen, la medida tendrá un "elevadísimo coste económico para el empleo" pues "se trata de 5.000 horas de trabajo, además de una multa de entre 3 y 10.000 millones de euros".
Por su parte, diputados del partido de centro-derecha Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Saint Lazaire han convocado a manifestarse también el día 7, por la entrega de los dos navíos a Rusia. La UMP es el partido de Nicolas Sarkozy, bajo cuya presidencia se firmaron los acuerdos de venta de los dos Mistral a Rusia.
El partido se ha dividido sobre la decisión de Hollande.
La única reacción gubernamental en la mañana del jueves ha sido la del Ministro para la Reforma del Estado, Thierry Mandon, que ha subrayado que se trata de "una suspensión en la entrega" y no una cancelación definitiva. Mandon ha asegurado que Francia "no ha cedido a la presión de sus aliados", y ha añadido que "no se podía condenar a la URSS (en referencia a Rusia) y al mismo tiempo no hacer nada".
