Los líderes políticos británicos han roto su agenda, incluida la tradicional sesión de preguntas y respuestas al primer ministro, para hacer campaña en Escocia a favor de la unión de las cuatro naciones que componen el país.
“Nos dividen muchas cosas, pero hay una cuestión en la que estamos de acuerdo con pasión: el Reino Unido funciona mejor con todos juntos”, señala en un comunicado el número dos del gobierno de coalición, el liberal demócrata Nick Clegg.
La deriva de la campaña a una situación en tablas- con la diferencia entre el no y el sí a la independencia recortada a un punto en los últimos sondeos de opinión- ha precipitado un cambio sin precedentes en la agenda parlamentaria, enfocado a transmitir un mensaje de unidad al electorado escocés. Los analistas políticos no recuerdan una instancia en que el primer ministro haya acordado con el líder de la oposición suspender su habitual interrogatorio de los miércoles.
“Lo importante es estar en Escocia escuchando y hablando con la gente”, ha resaltado el premier conservador, David Cameron, tras anunciar la drástica decisión. Los tres líderes pondrán el énfasis en que la postura a tomar en el referendo del próximo 18 de septiembre compete únicamente al electorado escocés, pero recalcarán que “queremos que os quedéis” dentro del Reino Unido.
Cameron no contemplaba viajar esta semana a Escocia y su calculada decisión de última hora conlleva riesgos. El líder conservador puntúa muy bajo en la tabla de políticos respetados al norte de la frontera inglesa y, según un reciente sondeo, tan solo se ha ganado la confianza del 23% del electorado escocés. En una situación similar se encuentra su rival político, Ed Miliband, quien esta misma mañana ha cedido el protagonismo de la campaña a su antecesor en el liderazgo del partido laborista y ex primer ministro británico, Gordon Brown.
La presencia de Cameron y Miliband en Escocia- ambos viajarán mañana miércoles por separado- puede tener un efecto contrario a su deseo de presentar un frente de unidad ante la adversidad. La estrategia contiene un elemento de desesperación que está aprovechando el bando a favor de la independencia. “Es una señal de que la campaña unionista se ha venido abajo”, ha criticado Alex Salmond, ministro principal del gobierno autonómico escocés.
