El ministro principal escocés, Alex Salmond, ha acusado este lunes a los medios británicos de estar alentando un "unionismo frenético" y justificó las ruidosas manifestaciones de las huestes independentistas ante la sede de la BBC en Glasgow, en protesta por su contribución a la causa unionista.
Las rencillas de Salmond con la prensa británica vienen de largo. Primero, por la escasa relevancia que los periódicos de Londres dieron durante meses al referéndum de independencia del 18 de septiembre. Y últimamente, por la casi unánime toma de partido por el "no" a la independencia.
Con la excepción del Herald de Escocia, los periódicos locales se han puesto también del lado unionista, aunque el Sunday Mail (con sede en Glasgow) estuvo deshojando hasta el final la margarita y criticó la "desastrosa campaña" de a Better Together (Mejor Juntos), el frente en el confluyen los tres grandes partidos nacionales (Laborista, Conservador y Liberal-demócrata).
La gran incógnita sigue siendo The Sun, el tabloide de mayor difusión del Reino Unido, propiedad de Rupert Murdoch. El magnate australiano, con ancestros escoceses, ha arrimado el ascua a Salmond en los últimos meses en un "romance político" comparable con el que experimentó en tiempos por laborista Tony Blair. El apoyo de Murdoch fue vital para el ascenso de Blair, y el apoyo a Salmond supondría poco menos que su ascenso a los cielos en vísperas del referéndum de independencia.
En sus recientes comparecencias ante la prensa, Salmond no ha ocultado su desdén hacia la empresa y se ha encarado directamente con el comentarista político de la BBC, Nick Robinson, a quien acusó de haber recibido una filtración interesada del Departamento del Tesoro sobre el supuesto éxodo de bancos de Escocia si triunfa la independencia.
La creciente animosidad contra la BBC, acusada de un claro sesgo en su cobertura de la campaña, sirvió de excusa a un grupo de manifestantes de la campaña Yes Scotland para organizar una protesta en Glasgow que tuvo que disolver la policía.
