Alex Salmond, ministro principal escocés, ha tendido una mano de amistad a todos los británicos en el cierre de la campaña de la consulta popular, que puede dar fin a tres siglos de unión política entre Escocia e Inglaterra.
A su vez, el bando del No ha marcado la recta final con un encuentro con las masas protagonizado por Ed MIliband y Gordon Brown, presente y pasado líderes laboristas, en un centro comunitario de Glasgow. "Escocia nos pertenece", dijo el anterior primer ministro y portavoz de la campaña del ´Mejor Juntos´ en las últimas semanas.
El líder nacionalista prometió en Perth que una Escocia independiente será "el amigo más cercano, el consejero más honesto y el aliado más comprometido" del resto de las naciones que todavía hoy conforman el Reino Unido: Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.
Mientras la última encuesta, publicada en la tarde del miércoles, recortó en dos puntos la distancia entre ambos polos: el 49% apuesta por el No a la independencia frente al 51% que dice Si en el sondeo de Ipsos Mori para la cadena STV.
El referéndum está abierto a todos los residentes en Escocia, incluidos extranjeros nacidos dentro y fuera de la Unión Europea. En cambio, la diáspora escocesa, incluidos aquellos adultos con domicilio a pocos kilómetros de la frontera con Inglaterra, no tiene derecho a voto.
Cerca de 4.3 millones de personas se han apuntado al registro electoral, tasa elevadísima en un país con una población en torno a 5.2 millones. Los registrados, que incluyen unos 125.000 jóvenes de 16 y 17 años, equivalen al 97% de residentes.
El 14% del electorado tiene su cuna fuera de Escocia. Los procedentes de Polonia forman el grupo más numeroso de inmigrantes si se descarta a los ingleses, galeses e irlandeses que han fijado residencia en la tierra del golf o en sus 130 islas habitables.
Salmond anticipa una participación mínima del 80% en la trascendental consulta. Sería una cota histórica que podría inclinar la balanza en favor de una victoria del SI. En las generales de 2010, al Parlamento de Westminster, votó el 63,8% del electorado. Un año después, en las autonómicas que dieron la mayoría absoluta al Partido Nacionalista de Escocia (SNP), la participación se redujo al 50,4%.