El Parlamento de Cataluña ha dado luz verde a la Ley de Consultas que ofrece el marco legal para que el presidente nacionalista, Artur Mas, firme la convocatoria del referéndum secesionista del 9 de noviembre.
Esta iniciativa ha obtenido el apoyo de 126 diputados frente a los 28 parlamentarios del conservador Partido Popular, en el Gobierno en Madrid, y de Ciutadans (Ciudadanos), la formación unionista de Cataluña.
El Gobierno de Madrid ya ha anunciado que presentará dos recursos, uno contra la Ley de Consultas catalana y otra contra la convocatoria del plebiscito, ante el Tribunal Constitucional que previsiblemente tendrá en cuenta las dos demandas. El partido secesionista Esquerra Republica de Cataluña ha llamado a la desobediencia civil.
La ley ha salido adelante con los votos de los partidos pro consultas (CiU, ERC, ICV-EUiA, la CUP) y el partido socialista catalán, que apoya la Ley de Consultas, pero dice que esta no sirve para convocar el plebiscito sobre el futuro de Cataluña. Su portavoz ha asegurado que "votar une, esta ley es el tiro de salida para la nueva Cataluña que queremos, con esta ley empezaremos a crear el país que queremos".
Por su parte, el portavoz del partido nacionalista en el poder en Cataluña ha defendió una ley que "nos acerca a sociedades que son referentes, como la Suiza o Estados Unidos". Es una ley concebida para que Cataluña pueda "mejorar su calidad democrática".
Por su parte, los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) han insistido en que "la movilización por el derecho a decidir es única en Europa y la hemos de tener en cuenta".
Cientos de personas a favor y en contra del referéndum se han concentrado a las puertas del Parlamento regional. En el hemiciclo la gran mayoría de los diputados y los invitados, representantes de las plataformas independentistas, han aplaudido de pie o que consideran como una decisión histórica.
