El vice-primer ministro turco Numan Kurtulmus ha confirmado que 45.000 sirios kurdos han cruzado la frontera entre Siria y Turquía desde ayer.
Los refugiados proceden de poblaciones kurdas de Siria que han caído en manos del grupo yihadista Estado Islámico (EI), conocido por cometer atrocidades contra civiles y combatientes.
"Unos 45.000 sirios kurdos han cruzado la frontera por ocho puntos de entrada distintos situados a los largo de 30 kilómetros, desde las localidades de Akcakale hasta Mursitpinar, desde que ayer abrimos la frontera", ha declarado Kurtulmus a la cadena de televisión CNN en Turquía.
Centenares de personas que huían del EI empezaron a agolparse en la frontera el jueves por la noche, pero hasta ayer a última hora de la tarde, el Gobierno turco no decidió abrir la frontera y dejarlos entrar en Turquía. Los pasos fronterizos se abrieron después de que se produjeran incidentes entre las fuerzas de seguridad y ciudadanos turcos que querían ayudar a los sirios al otro lado de la frontera.
Diversos trucos que solicitaban a su ejército que abriera la frontera, empezaron a protestar y a lanzar piedras contra los soldados ante su negativa a permitir la entrada a los sirios. Los soldados dispersaron a los que protestaban -algunos de ellos familiares de sirios que intentaban entrar en Turquía- con gases lacrimógenos y cañones de agua. Una mujer en la parte siria resultó herida al pisar una mina y fue trasladada al hospital, en Turquía. Poco después, el Ejército turco abrió la frontera.
Horas antes, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, había indicado que se asistiría a los desplazados pero no se les dejaría cruzar la frontera. No obstante, las autoridades turcas cambiaron de opinión al ver la avalancha de refugiados, que han sido alojados en una escuela cercana a la frontera, según medios de comunicación turcos.
