Las primeras evidencias apuntan a que los cuerpos descubiertos en una mina a 60 kilómetros de Donetsk, en el este de Ucrania, son víctimas de una matanza perpetrada a sangre fría por uniformados ucranianos, declaró este miércoles el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.
"Es evidente que han sido víctimas de una ejecución, según demuestran las manos atadas a la espalda, rastros de tiros de gracia en la cabeza y cartuchos de nueve milímetros hallados al lado", señaló Exteriores en una nota.
Los datos disponibles, según la cancillería, "hacen suponer que se trata de una matanza de civiles perpetrada a sangre fría por fuerzas de seguridad ucranianas".
La cancillería rusa recordó que militares de la 25ª brigada aeromóvil del Ejército ucraniano así como del batallón Aidar abandonaron la zona algunos días antes de que se descubrieran las fosas comunes.
En su comunicado, Exteriores subrayó que se trata de "crímenes de guerra que no pueden tener justificación".
También insistió en abrir urgentemente una investigación exhaustiva e imparcial para castigar a los culpables, y solicitó a la ONU, la OSCE y el Consejo Europa dar la debida evaluación de lo sucedido.
