Seis teléfonos móviles apretados en tres calzoncillos superpuestos. El retraso de Apple en sacar sus nuevos iPhone 6 y iPhone 6 plus en la China continental ha estimulado el contrabando para saciar el hambre de los impacientes clientes.
Las incautaciones se multiplican en Shenzhen, la macrourbe del este de China separada de un trayecto de media hora de Hong Kong, donde los teléfonos ya se venden desde el viernes pasado.
La prensa china ha informado que un hombre apellidado Zhou fue detenido con un sospechoso bulto en la entrepierna que resultaron ser seis teléfonos. El hombre reconoció que pretendía revenderlos en la China del interior, donde su precio triplica el de venta al público.
Zhou no ha sido el único en ver el filón económico. Los agentes de las aduanas de Shenzhen han reforzado la vigilancia para interceptar terminales en los últimos días. Unos 1.800 teléfonos han sido intervenidos ya en menos de una semana desde que el iPhone fue lanzado en Hong Kong y otros nueve afortunados países. Unos 200 han sido confiscados, mientras que el resto han sido devueltos a Hong Kong o cargados con los correspondientes impuestos.
Los métodos para introducir la mercancía evidencian diferentes grados de profesionalización. La policía interceptó el sábado una lancha rápida cargada de 138 teléfonos. La mayoría de los casos incluyen fórmulas más pedestres. Un joven fue detenido tras negarse a pasar por el detector de metales una caja de hojas de té porque en ella ocultaba tres móviles. En la prensa china han salido fotografías de varios escondites empleados: desde cajas de pasta italiana y café a pasteles de crema o dentífricos.
Frente a las puertas de las tiendas oficiales de Apple en la China del interior es habitual ver a vendedores que ofrecen con total impunidad los productos que aún no han llegado tras cada lanzamiento de la firma de la manzana. Otras veces ha habido altercados en la vigilia de espera a su puesta en venta entre los cientos de clientes aglomerados.
Algunos analistas habían asegurado que en la China del interior se podrían vender hasta cinco millones de teléfonos de contrabando durante los tres meses que necesitaría Apple hasta recibir el permiso del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT, por sus siglas inglesas).
La espera, sin embargo, será mucho más corta. El director del MIIT, Miao Wei, ha asegurado que la aprobación del nuevo iPhone se encuentra ya en la última fase. La medida alegrará a los clientes chinos y arruinará el floreciente negocio de los contrabandistas.
