Los judíos celebran esta noche y mañana la festividad de Rosh Hashaná, el Año Nuevo, en este caso, el 5775.
En Israel es una de les fiestas más esperadas y en todos las casas se reúnen las familias para cenar y almorzar juntos. Desde que ha caído el sol, en la parte oeste de Jerusalén -la zona israelí- se ha impuesto el silencio. El transporte público no funciona y casi todo está cerrado, excepto algunos bares incombustibles.
El primer día del año judío, se festeja a través de la oración y la introspección y también con los platos tradicionales de esta festividad, entre ellos el pescado gefilte, típico en los hogares de los judíos askenazíes.
Pero el producto estrella que esta noche y mañana a mediodía estará en todas las mesas de las familias judías es la manzana con miel. Hay que comerla para que el año que empieza sea muy dulce. Diversos tipos de dulces se sirven también como postre en el ágape de Año Nuevo, un día en el que se ven por la calle muchas personas con ramos de flores, un obsequio para llevar a las casas, y se hacen regalos.
En la primera jornada del nuevo año, se repasa el que se acaba y se examina si se han cumplido los objetivos y las promesas que uno se había planteado cuando empezó.
En esta ocasión, el 5774 ha acabado con una de las peores guerras de los últimos años. La ofensiva en Gaza mató a casi 2.200 personas en la franja, más del 70% civiles y entre ellos más de 500 niños. En Israel murieron 6 civiles, entre ellos un niño, y el Ejército israelí perdió a 66 soldados.
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"El año ha acabado mal, con mucha violencia, esperemos que el que empieza esta noche sea más pacífico", ha dicho a Nóvosti, Rahel, una joven madre de familia que corría hacia casa para preparar el plato que le toca llevar a la cena en casa de sus padres.
El primer reto del 5775 para Israel será conseguir que lleguen a buen puerto las negociaciones indirectas con los palestinos que se han iniciado en El Cairo para conseguir un acuerdo sobre Gaza. Las perspectivas no son muy halagüeñas.
