EEUU y sus países aliados en la coalición contra el Estado Isámico (EI) bombardearon durante la mañana de hoy diversas zonas del norte y el este de Siria donde los yihadistas controlan una gran parte de territorio.
Por su parte, el Ejército sirio atacó varios puntos en el oeste del país, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Hace una semana que EEUU inició sus bombardeos en Siria con ayuda de diversos Estados árabes, después de haber atacado ya posiciones del EI en Irak.
Los últimos bombardeos se produjeron en la localidad de Manbij, en el norte de Siria, que se encuentra entre Alepo -la segunda ciudad del país- y Kobani, situada muy cerca de la frontera con Turquía y asediada por los combatientes del EI desde hace días.
El avance del EI hasta las puertas de Kobani provocó el éxodo de más de 140.000 sirios kurdos que se refugian ahora en territorio turco.
En el este de Siria, la coalición encabezada por EEUU bombardeó la planta de gas de Kuniko, controlada por el EI en las afueras de la ciudad de Deir al Zur, y provocó diversos heridos en las filas yihadistas.
Washington anunció al comenzar los ataques contra el EI que uno de sus objetivos serían las instalaciones petroleras y de combustible que están en manos del EI y que le suponen una enorme fuente de ingresos.
El OSDH explicó que la central de gas de Kuniko abastece una planta eléctrica de Homs y facilita electricidad a hogares de diversas provincias, además de alimentar los generadores de varios campos de petróleo.
Los aviones estadounidenses atacaron, además, áreas de la ciudad de Hasaka, en el nordeste de Siria, y las afueras de la localidad de Raqqa, en el norte, feudo del EI en territorio sirio.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en los ataques de EEUU y sus aliados sobre Manbij, destruyeron unos silos de grano y mataron a civiles. Los aviones habrían confundido unos almacenes de grano y diversos molinos con una base del Estado Islámico. El Pentágono no realizó ningún comentario sobre esta presunta confusión.
