La Fiscalía General del Estado de Guerrero anunció la noche del domingo acerca del funesto hallazgo de 28 cadáveres calcinados, cerca de Iguala a 200 kilómetros de Ciudad de México.
Los restos, sin identificar hasta ahora, podrían ser de los 43 jóvenes estudiantes desaparecidos la semana pasada, una conclusión extraída luego de que algunos detenidos llevaran a las autoridades al lugar.
Los estudiantes dijeron en el lugar de los hechos que en la masacre habían participado policías municipales y sicarios del narcotráfico, muy activos en la zona montañosa del Estado de Guerrero.
"Los restos fueron colocados sobre ramas y troncos a los que se roció un combustible y prendió fuego", dijo el Procurador General del Estado de Guerrero (fiscal estatal), pero la identificación de las víctimas tardará entre 15 días y dos meses, advirtió.
Masacre e incineración de víctimas
Los testimonios difundidos la noche del domingo revelan que 17 estudiantes fueron trasladados al paraje de Cerro Viejo, cerca de Iguala, donde fueron encontrados los 28 cadáveres calcinados y enterrados.
Nueve especialistas forenses argentinos, veteranos en la búsqueda de víctimas de las pasadas dictaduras sudamericanas, llegaron a México a auxiliar a las autoridades mexicanas.
El procurador dijo que esos estudios podrían tardar entre 15 y 30 días. "Eso es demasiado tiempo. Lo que se requiere es una respuesta inmediata, ya que se trató de una masacre; y de ejecuciones sumarias, extrajudiciales, pues de otra manera será poco creíble el papel de la autoridad, incluido el Gobierno federal", del presidente Enrique Peña, dijo el directivo humanitario y exsacerdote jesuita.
En cuanto a los seis muertos, la noche de los ataques, cuando unos 200 estudiantes se trasladaban en autobuses hacia la capital de ese Estado, el fiscal de Guerrero, dijo "los cuerpos de los estudiantes presentan múltiples impactos de bala. Y la agresión fue directa" a los dos autobuses.
Hubo otro ataque a un autobús, donde viajaba el equipo de fútbol Avispones de Chilpancingo (de la tercera categoría deportiva), y un taxi, en el cual "participaron elementos de la secretaría de Seguridad Pública de Iguala, vinculados a la delincuencia organizada y sicarios a su servicio, particularmente del grupo "Guerreros Unidos", dijo el fiscal de forma apresurada.
El ataque contra maestros y el equipo de fútbol Avispones de Chilpancingo están vinculados, dijo el funcionario, sin dar más detalles.
Las autoridades de Guerrero detuvieron a 29 acusados de la masacre, 22 de ellos, policías de Iguala, que han dado "positivo" en las pruebas periciales de disparo de sus armas de fuego.
El fiscal Blanco, dijo que hay dos sicarios del grupo "Guerreros Unidos" entre los detenidos que "manifestaron haber participado en forma directa en el homicidio de los estudiantes".
Los familiares de los jóvenes esperan con pocas esperanzas y con mucha indignación los resultados de las pruebas de ADN, para saber si sus hijos fueron asesinados e incinerados en forma sumaria, tras ser detenidos.
Las instancias humanitarias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA), habían pedido el viernes al gobierno de Enrique Peña, acciones urgentes para encontrar con vida a los estudiantes detenidos y desparecidos la noche del viernes 26 de septiembre a la madrugada del sábado siguiente.
El director de Seguridad Pública de la cuidad de Iguala, Francisco Salgado, fue el funcionario que ordenó detener a los estudiantes normalistas del municipio de Ayotzinapa, que llegaron a esa ciudad el, dijo en una conferencia de prensa el fiscal general de Guerrero, Iñaki Blanco.
Más tarde, un sicario del grupo narcotraficante clandestino "Guerreros Unidos", ordenó el asesinato de los jóvenes, dijo Blanco, quien sorprendió a los periodistas cuando dijo que aún no está comprobado que los 28 cadáveres recién enterrados en "fosas clandestinas" sean de los 43 estudiantes desaparecidos hace una semana.
Un testigo dijo a la fiscalía que vio al menos a 17 jóvenes detenidos en el patio de la comandancia policial de Iguala, quienes luego fueron trasladados en patrullas a otro lugar, lo cual fue grabado por cámaras de seguridad.
Policías municipales y narcotraficantes cómplices
"Las declaraciones del Procurador de Guerrero (fiscal Blanco) dejan en claro que en las desapariciones de los estudiantes han participado, en conjunto, autoridades locales con la delincuencia organizada", dijo a la agencia Nóvosti Edgar Cortez, directivo del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD).
"Las investigaciones no deben agotarse en los autores materiales. Las indagaciones tienen que llegar a los mandos que trabajan con la delincuencia organizada -aún cuando cuatro de los detenidos ya fueron remitidos a la SIEDO (Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada)", puntualizó el defensor humanitario, quien advirtió de un patrón de "complicidad" y "encubrimiento" para lograr impunidad.
"Ahora que se han encontrado estos 28 restos humanos, es necesario que, de inmediato, las autoridades respondan a la pregunta de si esos cadáveres calcinados cerca de Iguala son los cuerpos de los estudiantes desaparecidos hace una semana en esa ciudad", dijo a esta agencia vía telefónica el dirigente humanitario Edgar Cortez, con cierta indignación.
"Está claro que estos 22 elementos dispararon sus armas contra los estudiantes de Ayotzinapa (municipio de Guerrero) y un equipo de futbolistas", en unos ataques que causaron seis personas muertas el pasado 26 de septiembre, dijo el líder humanitario.
Los ataques ocurrieron cuando los estudiantes se organizaban para conmemorar en Guerrero el aniversario de la masacre de 200 estudiantes cometida el 2 de Octubre de 1968, en el barrio de Tlatelolco de la Ciudad de México, emblema de la lucha contra el autoritarismo mexicano del siglo XX.
Los alumnos ocuparon varios autobuses desde Iguala con rumbo a la capital de Guerrero, Chilpancingo, cuando fueron interceptados a balazos, al inicio de la refriega, según sus testimonios.
