Brasil vivió el lunes pasado un día intensamente marcado por la resaca electoral en el que tanto los candidatos vencedores como sus aliados no desperdiciaron un minuto para empezar a tramar sus respectivas estrategias y alianzas de cara a la segunda vuelta, el próximo 26 de octubre.
Con la presidenta y candidata a la reelección por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, cómodamente situada en el 41,6% de los votos, la presión por buscar apoyos se centró en el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves.
Tras haber protagonizado una espectacular remontada en las últimas semanas y dejar fuera de juego a la promesa de estas elecciones 2014, la candidata del Partido Socialista de Brasil (PSB), Marina Silva, que apenas alcanzó el 21% de los votos, Neves tendrá ahora que improvisar una alianza que hace apenas dos semanas se planteaba en sentido inverso.
Es decir, con el 33,6% de los votos conseguidos el domingo, Aécio Neves adquirió una cota de poder similar a la que durante buena parte de la campaña electoral tuvo la candidata Marina Silva. Ahora y como candidato en la segunda vuelta es el socialdemócrata quien tiene que mover sus fichas para conseguir un bloque común PSDB y PSB con el fin de evitar la reelección de Dilma Rousseff.
De esta posibilidad ya se estaría incluso ocupando el expresidente y mentor de Neves, Fernando Henrique Cardoso, quien según el diario Folha de Sao Paulo ya habría iniciado los primeros contactos telefónicos con los interlocutores de Marina Silva, que se reunieron en el día de hoy en Sao Paulo.
Incluso, tras su reunión de este lunes con sus asesores de campaña el propio Aécio Neves habló de tener "más convergencias que divergencias" con el programa de Marina Silva. Aunque bien es cierto que el candidato no se aventura a la hora de avanzar la posible alianza: "Hay que dar tiempo al tiempo, es un asunto que depende de muchos factores y no puedo adelantar nada".
Sin embargo, y a pesar de que Marina Silva habló durante toda la campaña de un cambio para desbancar a Dilma Rousseff y el PT del poder, no parece claro que el apoyo del PSB, o mejor dicho de la propia Silva, vaya a ser cedido al candidato Aécio Neves.
Entre otras cuestiones, el PSB no es el partido natural de Marina Silva sino que aceptó entrar como vicepresidenta del fallecido Eduardo Campos tras su fracaso al intentar constituir la plataforma Red de Sostenibilidad. Por otra parte, cabe recordar que tanto Eduardo Campos como Marina Silva fueron ministros del primer gobierno del expresidente Lula da Silva y que en el entorno del excandidato habían simpatías hacia el PT.
Sin ir más lejos, el presidente nacional del PSB, Roberto Amaral, es un acérrimo defensor del apoyo a Dilma Rousseff mientras que el vicepresidente de Silva, Beto Albuquerque, es abiertamente partidario de prestar su apoyo al PSDB.
De esta manera, se explica que aunque Marina Silva asumiese la candidatura del PSB a partir del 13 de agosto, fecha del accidente de avión fatal que acabó con la vida del candidato Eduardo Campos, Silva jamás se sintiese como la líder del PSB. Así se vio hoy cuando planteó una reunión por separado con sus asesores en Sao Paulo mientras que se reunirá el martes con los miembros de la Red de Sostenibilidad. Otro tanto hará el PSB el próximo miércoles.
Marina Silva escuchó la opinión de sus asesores más cercanos como Bazileu Margarido, Pedro Ivo, Joao Paulo Capobianco, Walter Feldman o la banquera Neca Setúbal. De las conclusiones extraídas y las opiniones de los representantes de la Red de Sostenibilidad mañana dependerá el consenso entre Red y el PSB, y por tanto la opción de que Marina Silva preste su apoyo a la candidatura de Aécio Neves o se mantenga neutral en la segunda vuelta como hizo en 2010.
Como anticipó el periodista brasileño Gerson Camarotti en su blog esta mañana, las condiciones que Marina aceptase brindar su apoyo a la candidatura de Aécio Neves deberán surgir de un acuerdo programático que recogiese al menos los siguientes tres puntos:
1- Mantener las conquistas socio-económicas y las garantías de que no serán alteradas.
2- Mejorar la calidad democrática de Brasil, garantizando que el candidato del PSDB cumplirá un mandato único y no optará a la reelección (algo que Silva acusó como uno de los grandes males de la política brasileña).
3- Otorgar un espacio relevante al asunto de la sostenibilidad ecológica en la agenda política.
En este sentido, un interlocutor del PSB habría confirmado a Camarotti que "el hecho de que Aécio Neves haya presentado un programa compatible con esos tres temas esenciales hacen posible la alianza de Marina".
Por su parte, el Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma Rousseff y muy especialmente del expresidente Lula da Silva, ya habrían empezado a poner en marcha la mayor maquinaria política del país. Mientras Rousseff comenzaba sus ataques al PSDB en las redes sociales, el propio Lula organizaba una "demostración de fuerza" en Brasilia para este martes.
Allí se reunirán todos los cargos electos como el nuevo gobernador de Minas Gerais y héroe de estas elecciones, al arrancarle su más preciado feudo a Aécio Neves después de 12 años de dominio, Fernando Pimentel. Hay quienes incluso sugieren que el propio Lula podría llamar a Marina Silva para obtener al menos su neutralidad en la segunda vuelta, aunque parece difícil que lo consiga.
De esta manera, mientras los dos candidatos a la segunda vuelta de las presidenciales comenzaron a mover sus hilos lo cierto es que muy probablemente será la promesa fallida del primer turno, Marina Silva, la que todavía puede tener la llave que lleve a Dilma Rousseff o Aécio Neves al Palácio de la Alvorada el próximo 26 de octubre.
