Amber Vinson, la segunda enfermera contagiada por el virus del Ébola en EE.UU., podría haber mostrado los primeros síntomas antes de lo que las autoridades sanitarias informaron en un primer momento.
Chris Braden, del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) explicó que han "comenzado a valorar la posibilidad de que los primeros síntomas aparecieran el sábado".
"No podemos descartar que incluso la enfermedad se manifestara el viernes", afirma Braden.
Esto significa que Vinson podría haber tomado hasta dos aviones cuando ya era posible contagiar el virus. Aunque las posibilidades son remotas los expertos han decidido entrevistar a los pasajeros de ambos vuelos, el que llevó a la enfermera de Dallas a Cleveland y aquel en el que regresó.
En declaraciones a la cadena CNN, Marguerite Erme, directora de Salud del condado de Summit, en Ohio, abundó en que "lo que el CDC ha descubierto, a través de entrevistas, es que pudo haber sentido mal antes de lo que inicialmente pensábamos".
Por su parte el presidente Obama confesó en una reunión con la prensa que baraja la posibilidad de nombrar un 'zar' especial para coordinar todos los esfuerzos en la lucha contra el ébola. La Casa Blanca ha sido presionada en los últimos días para que tome una medida así. No sólo por la evidencia de que al centralizarse las acciones estas quizá resulten más eficaces, sino porque la comunidad científica considera imprescindible salvaguardar a la población de otra pandemia temible, el pánico.
Un pánico irracional que poco a poco se ha apoderado de los medios de comunicación y amenaza con extenderse por el país. Con cuatro las personas actualmente hospitalizadas en EE.UU por el ébola y muchas más bajo vigilancia, arrecian las voces de quienes sugieren que el gobierno suspenda los vuelos al oeste de África.
Dicha medida, al menos así lo expusieron en Naciones Unidas los representantes de los países afectados, podría acarrear consecuencias devastadoras en la región y también en el resto del mundo, pues ayudaría a que la pandemia siga creciendo descontrolada. Con 9.000 casos confirmados en África y una tasa de mortandad que se aproxima al 70%, este es ya el peor brote de ébola de la historia.
