Las fuerzas de Kiev negaron haber utilizado bombas de racimo, pidieron a la comunidad mundial presentar las pruebas correspondientes y acusaron a las milicias del uso de municiones prohibidas.
"Durante la operación antiterrorista los militares ucranianos no usaron las armas prohibidas por varios actos jurídicos internacionales, en particular bombas de racimo", dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko.
Asimismo, se dirigió a las organizaciones internacionales para que elaboren un informe más detallado con todos los casos y las pruebas.
Al mismo tiempo, Lisenko acusó a los milicianos por el uso de municiones prohibidas. Afirmó que el 13 de octubre, en la región de Slaviansk, encontraron cuatro proyectiles del sistema Uragán, supuestamente de la parte de las milicias.
Previamente, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) publicó un informe según el cual el Ejército ucraniano utilizó bombas de racimo en octubre en el sureste del país.
El documento afirma que el uso de bombas de racimo viola las leyes de internacionales y podría ser un crimen de guerra.
Por su parte, las autoridades ucranianas no respondieron a la interpelación de la HRW sobre el uso de tales armas.
Kiev lanzó en abril pasado una operación militar contra los habitantes del este de Ucrania descontentos con el cambio de gobierno efectuado en febrero, resultado de lo cual 3.707 personas murieron y 9.075 resultaron heridas según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) del 15 de octubre.
El pasado 5 de septiembre, Kiev y los independentistas pactaron un alto el fuego durante una reunión del Grupo de Contacto para Ucrania en Minsk con participación de Rusia y la OSCE y el día 19 aprobaron un memorando para garantizar el cumplimiento del armisticio.
El cese de las hostilidades se respeta en general, aunque las dos partes denuncian con regularidad la violación de la tregua.
