Mark Zuckerberg ha dejado esta mañana sorprendida a su audiencia en la pekinesa Universidad de Tsinghua con su dominio del mandarín.
El fundador y director ejecutivo de Facebook, censurado en el gigante asiático desde 2009, había revelado que estudiaba el lenguaje desde 2010 a diario pero nunca había mostrado sus progresos hasta la sesión de preguntas de media hora ante los estudiantes del elitista centro de la capital, vivero de muchos de los líderes empresariales y políticos del país.
Zuckerberg, con una discreta camiseta gris y tejanos, ha empezado disculpándose por su "terrible" mandarín pero pronto ha mostrado su destreza. El empresario de treinta años, ha desvelado las tres razones que le empujaron a estudiar el idioma: su esposa Priscilla Chan proviene de familia china (pidió su mano en mandarín, ha asegurado), le gusta la cultura del gigante asiático y le atraen los retos.
Zuckerberg ha compartido con los estudiantes su visión empresarial en su cuarto viaje al país.
"Las mejores compañías son las que no empezaron porque sus fundadores querían ser empresarios sino porque sus fundadores querían cambiar el mundo. Si primero quieres un negocio y después generar ideas, quizás no sepas cuáles son buenas; pero si primero tienes las ideas y después abres el negocio, tendrás más posibilidades de triunfar", ha explicado a la audiencia de la Escuela de Economía y Gestión de Tsinghua.
Algunos analistas opinan que China podría levantar la censura sobre Facebook en los próximos años. La compañía cuenta con una oficina en Hong Kong y se ha publicado que también ha alquilado espacio en Pekín.
Muchas empresas chinas utilizan sus servicios para buscar clientes en el exterior, ha asegurado Zuckerberg. Es habitual entre los internautas chinos el uso de programas para burlar la censura.
Zuckerberg también ha alabado el nivel de innovación de compañías chinas como Alibaba (comercio electrónico) o Wechat (mensajería instantánea) y anticipado un crecimiento rápido para el fabricante de telefonía Xiaomi.
