El extremismo radical que Occidente ha venido incentivando se vuelve al final en su contra, como muestran ejemplos como el tiroteo en Ottawa, opina el director del Centro de Información Política, Alexéi Mujin.
"Por desgracia, últimamente los países de Occidente incentivaron el extremismo radical. Lo promovieron para lograr sus propios objetivos y ahora esta oleada les golpeará a ellos", dijo al subrayar que "la agresión nace agresión".
Señaló que el precedente de Canadá es "sintomático" y tiene un enorme efecto destructivo.
Mujin cree que el Gobierno de Canadá tiene que "llevar a cabo su política exterior con más precaución y no provocar agresión" porque la respuesta de los extremistas puede afectar al sistema político del país.
En la mañana del miércoles un terrorista armado con una escopeta abrió fuego en Ottawa, cerca del memorial a los canadienses fallecidos en la I Guerra Mundial.
El atacante mató de un disparo en el pecho a un soldado que vigilaba el monumento y luego entró a la sede del Parlamento.
La policía abatió al agresor tras un intenso tiroteo que dejó un saldo de tres heridos.
Según Reuters, el atacante fue Michael Abdul Zehaf-Bibeau, de 32 años de edad, nacido en Canadá, con antecedentes penales, convertido al islam hace poco.
