Teresa Romero, la técnica de enfermería que ha derrotado al virus del Ébola, sigue aislada y bajo vigilancia, 17 días después de su ingreso en el Hospital Carlos III de Madrid.
La paciente tiene un "bajón emocional", por su situación de aislamiento, por los dolores musculares que padece y por haber sido informada del sacrificio de su perro Excalibur, según dijo hoy la portavoz de la familia Teresa Mesa.
Según el último parte médico, los especialistas esperan a que "los residuos virales que puedan quedar estén neutralizados".
"No tiene un significado médico real, no es fácilmente interpretable. De todas formas se tiene muy poca experiencia porque normalmente no se hacen análisis de los fluidos como se hace ahora, pero a la enferma se la considera completamente curada de la infección", señaló Fernando Simón, miembro del Comité Especial creado por el Gobierno para gestionar la crisis del ébola.
También avanzó que "va a ser realmente complicado" averiguar cómo ocurrió el contagio.
"Tenemos información que nos explica cómo probablemente no pasó, sabemos que todos los profesionales que han trabajado con los tres casos que hemos tenido en España están sanos y no han sufrido infección y, por lo tanto, la probabilidad de que sea un problema asociado a los equipos es muy baja, de todas formas se va a hacer una investigación exhaustiva porque nos interesa para la seguridad de nuestro personal sanitario", explicó Simón en una entrevista en la televisión pública española.
Romero atendió a los dos misioneros expatriados a España con el virus del Ébola. La técnica se presentó incluso voluntaria para asistir al segundo misionero repatriado desde Sierra Leona, Manuel García Viejo. El contagio se produjo previsiblemente durante los cuidados a este religioso que falleció el 25 de septiembre.
La auxiliar de enfermería se convirtió en el tercer caso de ébola en España y el primero que se contagiaba, de una persona a otra, fuera del continente africano.
Según la portavoz Teresa Mesa, Romero se siente "atropellada" ya que "está recibiendo mucha información sin estar todavía recuperada". "Ella no quiere barullos y está agobiada. Se tiene que ir haciendo poco a poco a la situación", opinó Mesa, que recalcó que Romero está aún muy débil. "Pero ya sabe lo de su perro y de la repercusión mediática que hay aquí fuera".
Cinco de las personas que se encontraban en observación en el mismo centro hospitalario recibieron el alta esta mañana.
