Las autoridades israelíes están estudiando la posibilidad de promulgar una nueva legislación que haga legalmente responsables a los padres de los jóvenes menores de 14 años que hayan cometido delitos.
Esta propuesta que está examinando el equipo de abogados de la policía israelí, pretende responder a la escalada de disturbios que se están produciendo en Jerusalén desde el pasado julio.
Una de las ideas que contemplan los abogados es, según el diario israelí Haaretz, que los padres cuyos hijos están detenidos por arrojar piedras puedan ser multados con miles de shekels (moneda israelí) o incluso penas de prisión. Los abogados están debatiendo esta posibilidad con los fiscales y los representantes de la Oficina del Fiscal General de Israel.
El plan consistiría en copiar la orden militar vigente en Cisjordania, donde los palestinos menores de 14 años no son considerados legalmente responsables de delitos, aunque sí son arrestados y encarcelados temporalmente.
A sus padres se les pueden exigir pagos de multas elevadas en caso de reincidencia y pueden ser encarcelados si se niegan a pagarlas. En Israel, en cambio, a los padres solo se les puede pedir que paguen una fianza para asegurar que el niño se presente ante el juez cuando la justicia lo requiera.
En Israel, rige la ley civil para los ciudadanos, pero en Cisjordania, los israelíes impusieron la ley militar para los palestinos. Los colonos que ocupan territorios palestinos, en cambio, están sujetos a la ley civil israelí.
Desde que el pasado 2 de julio, tres extremistas israelíes secuestraron y asesinaron de forma brutal –lo golpearon con un objeto contundente y luego lo quemaron vivo– al adolescente Mohamed Abu Jdeir, de 16 años, en Jerusalén, los disturbios de jóvenes palestinos se han disparado y los arrestos se han multiplicado. Además, la policía mató en una manifestación a un adolescente.
Más de 700 personas fueron detenidas en Jerusalén en julio y agosto, entre ellas 260 menores de edad, y desde entonces, los números de arrestados han ido creciendo. Cuando los menores han sido imputados oficialmente, el Estado ha pedido generalmente que permanezcan en prisión hasta el final de su juicio. Las ofensas suelen ser haber tirado piedras o cócteles explosivos muy rudimentarios.
Esta no es la primera vez que se proponen medidas de este tipo contra los padres de menores que cometan actos delictivos. En febrero de 2011, dos miembros de la Kneset (Parlamento israelí) presentaron un proyecto de ley para que los padres de los menores violentos tuvieran que pagar multas de 1.000 shekels (265 dólares).
Finalmente, el proyecto de ley, que estaba dirigido principalmente a combatir las peleas de adolescentes en discotecas y otros lugares públicos, no se aprobó porque provocó una gran oposición, especialmente de los trabajadores sociales.
La mayoría consideraron que no tenía sentido castigar a los padres y lo necesario era facilitarles asesoramiento y apoyo para que pudieran hacer frente a estos comportamientos de sus hijos.
Otro argumento que esgrimieron los trabajadores sociales es que muchos de los chicos afectados pertenecían a familias con pocos recursos para las que pagar estas multas supondría una carga insoportable. En el caso de muchas familias palestinas de Jerusalén ocurriría lo mismo.
