Un tribunal forense ha emitido en Londres un veredicto de "muerte ilícita" del cirujano británico Abbas Kahn, el 16 de diciembre de 2013, en una "prisión desconocida o centro de detención" de Damasco, capital de Siria.
"El doctor Kahn fue asesinado deliberada e intencionadamente sin ninguna justificación legal", ha decretado este mediodía el jurado del proceso cuasi judicial para esclarecer las circunstancias de su muerte.
El fallo del jurado respalda la versión de la familia que siempre ha defendido que el médico se desplazó a Siria en misión humanitaria y fue capturado por fuerzas gubernamentales en Alepo en noviembre de 2013. El Gobierno sirio alega que se suicidó en su celda trece meses después.
"Mi hermano es un hombre inocente que viajó para ayudar a civiles heridos en el conflicto sirio. Fue torturado y asesinado por las autoridades sirias. Nuestra posición ha sido reivindicada completamente", ha señalado Afroze Kahn en la entrada del Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales, con sede en Londres.
Tras dos semanas de vistas públicas, los once miembros del jurado han concluido que el ocaso del doctor Khan excedió la legalidad y el presidente del proceso, Peter Thornton, ha aceptado los motivos humanitarios de su estancia en Siria.
Su madre Fatima viajó personalmente a Siria y pidió ayuda a embajadores, diplomáticos y políticos, británicos y extranjeros, para localizar a su hijo y lograr su liberación. "El mundo entero, incluido mi proprio país, falló a la hora de salvar a un voluntario humanitario", denunció hoy con frustración. "He perdido un hijo y estoy dolida", añadió frente al palacio de Justicia.
El proceso que ha finalizado hoy es un trámite cuasi judicial obligatorio en Reino Unido en casos de muerte violenta, tanto en el país como en el extranjero.
Entre los testigos que prestaron declaración se escuchó al diputado George Galloway, quien obtuvo garantías del presidente Bashar Assad de que el médico iba a ser liberado. Días después, las autoridades sirias informaron de que Khan se había ahorcado en su celda.
El fallo del tribunal renueva la esperanza de la familia en su cruzada por exigir responsabilidades a Siria por la muerte de este cirujano londinense, de 32 años, y padre de dos hijos.
