Actualizada a la 01.53, hora de Moscú
Kaci Hickox, la enfermera que fue retenida en Nueva Jersey por orden del gobernador Chris Christie bajo sospecha de ébola, se niega a obedecer la cuarentena que han intentado imponerle en Maine, donde reside.
Las autoridades del Estado le habían pedido que se mantuviera aislada, en su casa, a la espera de saber si desarrollaba el virus.
En declaraciones a la cadena NBC Hickox ha explicado que sigue "asombrada con estas políticas de cuarentena, adoptadas incluso aunque me siento perfectamente. Se trata de unas políticas no sustentadas ni por la evidencia científica ni por la Constitución".
Hickox, que en ningún momento ha desarrollado los síntomas de la enfermedad, llegó a EEUU procedente de África Occidental, donde había trabajado en las últimas semanas con enfermos de ébola.
El gobernador Christie ordenó su aislamiento en un centro hospitalario nada más aterrizar en Nueva Jersey, pero la maniobra política le explotó entre las manos. Poco después de que el pasado domingo hablara con la CNN, el gobernador decidió liberarla.
Las palabras de la enfermera dejan poco lugar a dudas: "En primer lugar", dijo, "dudo que (el gobernador) sea médico; en segundo lugar nunca me ha visto; y en tercer lugar sigo siendo asintomática (…). No estoy, como dijo, 'obviamente enferma'. Estoy completamente sana y no tengo síntomas. Y si supiera algo acerca del ébola entonces sabría que las personas sin síntomas no pueden transmitir la enfermedad".
Cabe recordar que cientos de profesionales médicos estadounidenses han pasado por los países que sufren el ébola y ninguno, hasta ahora, había sido forzado a enclaustrarse. Tampoco está previsto que los miles de militares que acudirán a la región sufran un destino similar cuando regresen a EEUU.
Las autoridades sanitarias de Maine ya han anunciado que acudirán a los tribunales para que la enfermera cumpla la cuarentena, y Hickox los ha remitido a sus abogados.
