Decenas de cuerpos de hombres de tribus musulmanas suníes presuntamente asesinados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) se han encontrado en fosas comunes en el oeste de Irak, según denunció el viernes la oenegé pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
Las tumbas, que se han hallado en la provincia de Anbar, pueden contener entre 80 y 220 cuerpos, según las primeras informaciones. Muchos de los muertos pertenecen a la tribu Al Bu Nimr, que se unió el gobierno iraquí, dominado por los chiíes, para combatir contra el EI.
HRW también ha informado de que los yihadistas podrían haber asesinado a 600 presos en una cárcel en Mosul que cayó en sus manos el pasado junio. Los presos fueron obligados a arrodillarse en el borde de un barranco antes de que les dispararan.
Se ha difundido un vídeo que muestra a algunas de las presuntas víctimas del ataque en la ciudad de Hit, en la provincia de Anbar. En las imágenes se ven cadáveres ensangrentados, colocados en una hilera, tirados en una calle. Varios de ellos llevan los ojos vendados y algunos tienen las manos atadas. En el vídeo —que no se ha podido verificar— se ven coches y peatones que pasan entre los cuerpos o por su lado.
Los analistas explican que los asesinatos en masa son una estrategia que utiliza el Estado Islámico para sembrar el terror en sus oponentes. Esta última atrocidad que han cometido es una severa advertencia a las tribus suníes para que no colaboren con el gobierno iraquí y EEUU en la lucha contra el EI.
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Un funcionario local, Sabah Karhout, describió los asesinatos en la provincia de Anbar como un crimen de lesa humanidad y pidió más apoyo internacional para las tribus suníes que luchan contra los yihadistas en Anbar.
El secretario de Defensa de EEUU, Chuck Hagel, ha declarado que el asesinato de miembros de tribus suníes en Irak por parte del EI es la "brutal realidad a la que nos enfrentamos”.
El jefe militar estadounidense, el general Martin Dempsey, ha indicado que se tienen que enviar asesores de EEUU a la provincia de Anbar, pero que primero, el Gobierno de Bagdad debe armar a las tribus suníes locales.
"Necesitamos ampliar la misión de entreno, asesoramiento y asistencia a la provincia de Anbar, pero la condición previa para ello es que el gobierno de Irak esté dispuesto a armar a las tribus", explicó Dempsey el jueves.
