El presidente de México, Enrique Peña, expresó a su homólogo de EEUU, Barack Obama, su apoyo por las medidas administrativas adoptadas para legalizar temporalmente a millones de inmigrantes, anunciadas la semana pasada.
Peña sostuvo una conversación telefónica con Obama, a quien "le reconoció su visión y liderazgo por emprender las Acciones Ejecutivas de Responsabilidad por la Inmigración", informo la Presidencia mexicana el miércoles.
Obama le manifestó a Peña su interés por que ambos gobiernos "trabajen conjuntamente, para informar del alcance de las medidas ejecutivas y de la población que podría ser beneficiada con ellas".
El mandatario mexicano expresó su disposición para apoyar el éxito de las medidas anunciadas, "que tienen el potencial de beneficiar a un número muy significativo de mexicanos en Estados Unidos", indica un comunicado de la residencia presidencial de Los Pinos.
El presidente mexicano le comentó a Obama que los 50 Consulados de México en EEUU apoyarán y brindarán la atención necesaria a los ciudadanos mexicanos que radican en aquel país.
Esos connacionales en EEUU "ya son parte de la comunidad estadounidense, y que estén en la posibilidad de beneficiarse de esta decisión".
Ambos mandatarios acordaron continuar con "una estrecha cooperación, fortalecer el principio de responsabilidad compartida como eje central de la conducción de la relación bilateral, así como impulsarlo en el contexto de los retos regionales".
La acción ejecutiva no tiene rango de ley, pero gracias ella cerca de cinco millones de indocumentados podrán solicitar permisos de residencia y trabajo, de un total de once millones de inmigrantes ilegales.
Obama propuso a los inmigrantes "salir de las sombras" y se pronunció en defensa de sus derechos.
Con el plan de Obama se beneficiarán los inmigrantes que han vivido en EEUU más de cinco años, que tienen hijos que son ciudadanos ese país, que están registrados, que pagan impuestos y que pasaron los controles.
El presidente de EEUU resumió su propuesta: "Si usted cumple con los criterios, podrá abandonar las sombras y estará protegido por la ley. Si es un criminal, será deportado. Si entra en EEUU de forma ilegal, han aumentado las posibilidades de ser capturado y enviado de vuelta".
EEUU deporta cada año unos 350.000 mexicanos ilegales por distintos puntos de los 3.000 kilómetros de la frontera común, y se han documentado casos de violencia extrema e incluso la muerte de migrantes.
Este año, el mandatario estadounidense llamó la atención sobre unos 65.000 niños migrantes ilegales que llegaron sin acompañantes adultos y fueron detenidos a lo largo de casi un año en albergues a la espera de deportación.
