La presidenta reelecta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció en la tarde de este jueves el nombramiento de Joaquim Levy como ministro de Hacienda, Nelson Barbosa como ministro de Planeamiento y el mantenimiento de Alexandre Tombini en la presidencia del Banco Central, cargo con estatus de ministro.
De esta manera, Rousseff satisface las expectativas del mercado financiero que desde su reelección el pasado mes de octubre urgió a la presidenta a redireccionar sus políticas económicas para contener la inflación del 6,5%, reactivar los niveles de inversión extranjera y aumentar el escaso crecimiento del 0,3%.
Como sustituto del ahora exministro de Hacienda, Guido Mantega, el economista y exdirector de fondos de inversión del Banco Bradesco, Joaquim Levy, puede definirse como un técnico que aboga por ejercer un control fiscal férreo y no está vinculado a ningún partido.
Prueba de ello es que ya ejerció en gobierno de distinto signo, primero como secretario adjunto de Política Económica en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y después como secretario del Tesoro Nacional en el primer gobierno de Lula da Silva, entre 2003 y 2008.
Levy asumirá el cargo de mayor responsabilidad en un momento en el que el Congreso Nacional intenta aprobar un proyecto de ley para poder superar el presupuesto de 2014 y con ello evitar pagar el déficit de 116.000 millones de reales (46.266 millones de dólares) que establece la Ley de Directrices Presupuestarias de 2014.
Por su parte, el nombramiento del economista y profesor en la Fundación Getulio Vargas (FGV) y la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), Nelson Barbosa, supone un premio para quien se mantuvo en el cargo de las secretarias de Hacienda y Política Económica desde los gobiernos de Lula da Silva.
Esta característica continuidad en los gobiernos del Partido de los Trabajadores, también es compartida por Alexandre Tombini quien sucedió a Henrique Meirelles al mando del Banco Central en el segundo gobierno de Lula da Silva.
