La oposición extraparlamentaria rusa continuará las protestas callejeras hasta lograr la convocatoria de elecciones anticipadas y una radical reforma política, afirmaron sus líderes de cara a la nueva Marcha de los Millones que se celebrará el próximo sábado en diversas ciudades del país.
Las demandas clave siguen siendo políticas
Una resolución que activistas opositores planean adoptar mañana tras su mitin en Moscú contiene las tradicionales demandas de iniciar una reforma radical para acotar las atribuciones del presidente y establecer un mecanismo electoral trasparente, convocar con carácter anticipado elecciones parlamentarias y presidenciales y liberar a los presos políticos, en particular, aquellos que fueron detenidos a raíz de los disturbios tras una protesta de la oposición en la plaza Bolótnaya de Moscú, en mayo pasado.
La nueva Marcha de los Millones será “una acción poderosa”, “una demostración de que nuestra sociedad no se deja intimidar”, aseguró el coordinador del Frente Izquierdo, Serguei Udaltsov, en declaraciones al portal Komsomolskaya Pravda (KP).
Descartó participar de “elecciones ficticias en que estos granujas volverán a embaucarnos”. “No somos idiotas. Cuando haya una reforma, iremos a las urnas. Hasta entonces seguiremos saliendo a la calle”, advirtió.
En el apartado económico de la resolución están las demandas de congelar las tarifas de servicios comunales hasta que se celebre una auditoría pública, frenar la destrucción del sistema de pensiones, restablecer el derecho de huelga y los sindicatos independientes, así como incrementar los gastos en educación y salud pública paralelamente a los recortes en el aparato burocrático y en los cuerpos de seguridad.
El anteproyecto correspondiente fue publicado el jueves en un blog de Boris Nemtsov, copresidente del partido RPR-Parnas (Partido Republicano-Partido de Libertad Popular). Nemtsov dijo haberlo redactado conjuntamente con el líder del Frente Izquierdo.
Las filas siguen desunidas
En su entrevista con KP, Serguei Udaltsov rechazó la formación de alianzas partidistas con Nemtsov o los nacionalistas, pues sería “contra natura”.
“Conseguiremos elecciones libres (…) Y luego, que cada grupo vaya a las urnas por cuenta propia. La izquierda, como un equipo aparte; los liberales, como otro. Para que el pueblo decida qué rumbo prefiere para el país”, explicó.
Grandes partidos que están en oposición al gobernante Rusia Unida tampoco mantienen una postura solidaria hacia la nueva protesta de sus colegas radicales.
El vicepresidente del Partido Comunista de la Federación Rusa, Vladímir Kashin, declaró a Nezavisimaya Gazeta que no habrá altos cargos del KPRF en la Marcha de los Millones. Mientras, el jefe de la fracción comunista en la asamblea legislativa de Moscú, Andrei Klichkov, dio a entender que sus compañeros van a participar en la protesta. Y otro dirigente comunista de Moscú, Valeri Rashkin, llamó a las bases a celebrar una manifestación aparte el 22 de septiembre.
El líder de Yábloko, Serguei Mitrojin, expresó apoyo a los promotores de la marcha del sábado pero dijo que sus colegas fueron “apartados del trabajo en el comité organizador”, por lo que los militantes van a participar exclusivamente a título personal.
El portavoz de Rusia Justa, Alexandr Kórshunov, no pudo aclarar la postura del partido hacia la Marcha de los Millones. Dijo que todo dependerá del líder, Serguei Mirónov, quien no ha divulgado todavía su decisión al respecto.
Habrá nuevas conmociones pero no una revolución
Serguei Zhelezniak, vicepresidente de la Cámara baja por el partido gobernante Rusia Unida, señaló en una entrevista con KP que “las protestas están en declive desde primavera” y que “la parte razonable de las nuevas fuerzas políticas promueve activamente la construcción de partidos”.
El presidente del Instituto ruso de estrategia nacional, Stanislav Belkovski, negó que las protestas se vayan extinguiendo y destacó que el mayor problema de la oposición es “la incapacidad de formar una agenda propia”. Así como su negativa de participar en las elecciones.
“Si lo hicieran, podrían asegurarse la mitad de las gobernaciones y las alcaldías en los comicios legislativos de 2016. Lo cual sería una premisa para conquistar la Duma”, afirmó en declaraciones a KP.
El politólogo descartó una revolución en Rusia pero auguró “conmociones, ante todo, económicas”. “Porque el modelo actual de la economía rusa está agotado. Y confío en que ello empujará al Gobierno hacia serias reformas políticas”, dijo.
