El Servicio Federal de Control de Drogas (FSNK) de Rusia desarticuló el año pasado unos 1100 grupos y redes de narcotráfico y procesó a más de 100.000 presuntos implicados en delitos de este tipo, declaró el director del organismo, Víctor Ivanov.
Al hacer el balance de 2012 durante una reunión con el presidente Vladímir Putin, el titular del FSNK indicó que el servicio investigó, en colaboración con las fuerzas del orden, unos 250.000 casos por narcotráfico y otros 250 por blanqueo de capitales procedentes de estas actividades criminales.
“Se trata de una cantidad importante que permite destruir la base económica del negocio de las drogas”, expresó Ivanov, al tiempo de resaltar el hecho de que “se haya conseguido frenar la expansión del narcotráfico y la drogadicción, lo que es el mayor logro integral”.
El máximo responsable de la lucha antidrogas de Rusia destacó además que la cooperación con países de Asia Central como Tayikistán o Kirguizistán hizo posible “desmantelar la infraestructura de tráfico de drogas más adictivas desde Afganistán”. No obstante, reconoció que en los diez años desde que se creó el FSNK no se han podido detener los envíos de la heroína afgana a Rusia.
“Detectamos cada vez más laboratorios que fabrican y envían drogas hacia Rusia. La mayor parte de estos laboratorios está concentrada en el norte de Afganistán y en particular, en la provincia de Badakhshan”, señaló.
Agregó que, según estimaciones, la producción de opiáceos en Afganistán oscila entre 4.000 y 8.000 toneladas al año e ingresa al menos 100.000 millones de dólares.
Rusia es el país más afectado por el narcotráfico desde Afganistán y uno de los principales destinos de la heroína afgana, que acapara cerca del 90% del mercado ruso de las drogas. Según el FSNK, el país es el destino de unas 36 toneladas, o 5.000 millones de dosis, de la heroína afgana.
