La coyuntura económica actual, marcada por la inestabilidad de los mercados, las sanciones de Occidente y los problemas nacionales, no solo supone un desafío para Rusia, sino también una oportunidad para renovar la base de su economía, declaró hoy el primer ministro Dmitri Medvédev.
“La situación actual no solo es un desafío para el país sino también una buena oportunidad para aumentar la eficacia de la gestión y crear una nueva base de la economía nacional sobre la producción propia”, dijo Medvédev al presentar ante el Parlamento el balance de la gestión de su gabinete en 2013.
Rusia dispone de “todas las herramientas necesarias que permite un desarrollo estable incluso en estas circunstancias tan duras y pese a los intentos por impedirlo”, afirmó.
Al mismo tiempo, el Gobierno ruso no ve necesario cambiar radicalmente su política económica, aunque sí está abierto a correcciones, apuntó el primer ministro.
“La política del Ejecutivo es un sistema de acción bien meditado y construido. Un sistema aprobado por el presidente del país. No considero correcto modificarlo drásticamente. Sería erróneo empezar a dar bandazos para inventar nuevas pautas de desarrollo”, dijo.
Según Medvédev, Rusia “debe seguir su propio camino en lo que respecta a la identidad y los valores nacionales”.
“No obstante, las leyes económicas son las mismas para todos. Ante el desafío sin precedentes que afrontamos, es extremadamente importante para nosotros seguir adelante, con tranquilidad y sin histeria, con la estrategia económica escogida. Lo cual no quiere decir que no hagamos correcciones”, resumió.