El modelo ideológico formado en dos años del tercer mandato de Vladímir Putin demostró su capacidad de garantizar la soberanía de Rusia, pero sigue pendiente el problema de modernización de la economía y la infraestructura, dijo a esta agencia el experto del Instituto de Estudios Políticos y Humanitarios, Vladímir Slatinov.
“La tarea clave de Rusia para los próximos años es el desarrollo acelerado. Rusia no podrá realizar sus ambiciones en la política interna y exterior si no impulsa la economía y no moderniza su infraestructura”, afirmó.
La situación económica no ha mejorado en el país en los últimos dos años, se hizo obvio el estancamiento. Falta la estrategia de salida de esta situación, constató.
El mandatario ruso logró aglutinar a la mayoría de las fuerzas políticas y sociales del país en torno a los valores conservadores y formular la idea de desarrollo de Rusia como una civilización independiente, con una forma especial de organización política y con la misión de integración del espacio postsoviético en el marco de un proyecto propio, no uno europeo ni uno asiático, señaló el experto.
“Esta línea se realizó de modo consecuente durante estos dos años en todos los ámbitos de la vida nacional, especialmente en la política exterior, donde el país se impuso como actor independiente capaz de lanzar un desafío a Occidente cuando lo cree necesario”, recalcó.
Vladímir Putin, entrevistado en otoño de 2012 por la Canal 1 de la televisión rusa y la agencia estadounidense AP, dijo ser un hombre pragmático, adepto de la filosofía conservadora. A su juicio, el apoyo sobre los valores tradicionales debe combinarse obligatoriamente con el afán de desarrollo.
Según el presidente, en la política se opera mediante puntos de giro: los conservadores y los revolucionarios se turnan. Los conservadores acumulan recursos y medios para el crecimiento económico. Los revolucionarios, al llegar al poder, dividen lo acumulado. Después viene la decepción y la comprensión de que hay que volver a acumular.
