El Mausoleo de Lenin abrió sus puertas para el público hace 90 años, informó a esta agencia el doctor en ciencias históricas, Serguéi Dieviátov, que trabaja en la necrópolis.
Vladímir Ilich Uliánov, Lenin de seudónimo, fue un revolucionario ruso mundialmente conocido, creador del partido socialdemócrata obrero (bolchevique), uno de los organizadores de la revolución de octubre de 1917.
Lenin estaba entre los fundadores de la Unión Soviética en 1922 y murió el 21 de enero de 1924. La primera necrópolis de madera fue inaugurada apenas una semana después de su fallecimiento, el 27 de enero. “A aquel Mausoleo solo podían acceder los familiares más cercanos del difunto y altos dirigentes del partido comunista y del Estado”, comentó Dieviátov.
El especialista afirmó que se tienen datos documentados de que la esposa de Lenin, Nadezhda Krúpskaya, sus dos hermanas, María y Ana, y su hermano Dmitri visitaron la cripta.
“Las visitas masivas comenzaron cuando el arquitecto Alexéi Schúsev erigió el segundo Mausoleo”, dijo Dieviétov.
Este panteón permanente, pero aún de madera, fue inaugurado el 1 de agosto de 1924. Schúsev, famoso también en la Rusia zarista, construyó varias iglesias ortodoxas y trabajó también por encargo personal de la hermana de la zarina, la princesa Elizaveta Fiódorovna. Después de la revolución se convirtió en uno de los arquitectos más populares.
El tercer mausoleo fue erigido en piedra en 1930 por el mismo autor y se mantiene en el centro de la Plaza Roja hasta el día de hoy. El panteón está hecho de granito, labrador, mármol y otras piedras naturales de color rojo. En 1945, durante el Desfile de la Victoria sobre las tropas nazis, el Gobierno de la URSS saludó a los vencedores desde una tribuna especialmente construida en su parte delantera.
Durante la época soviética, en las horas cuando el Mausoleo estaba abierto al público, la Plaza Roja se cerraba, y una enorme cola se extendía a lo largo del jardín de Alexandr. Los turistas no podían visitar otros monumentos de la plaza más importante de Moscú en esos momentos.
El Mausoleo fue un emblema de la capital de la URSS, cada año lo visitaban más de 2,5 millones de personas. En los festejos nacionales se continuó utilizando como tribuna para los dirigentes rusos.
Ahora los tiempos han cambiado. La opinión pública de Rusia se cuestiona dónde debe yacer el cuerpo de Lenin. Según la encuestadora FOM, más de la mitad de los rusos, un 61%, opina que el líder soviético debe ser sepultado en otro lugar, un 23% se opone a su traslado.
El portavoz del presidente de Rusia Dmitri Peskov anunció anteriormente que el entierro de Lenin “no está en la agenda”. Por ahora no existe ningún plan de traslado de Lenin desde la cripta y de los restos de los dirigentes comunistas que yacen junto a la muralla del Kremlin.
Los debates sobre la sepultura del cuerpo de Lenin y de los líderes enterrados en la Plaza Roja continúan vigentes, pero el Gobierno del país cree que “todavía no ha llegado el momento”, aunque muchos rusos consideran que “tener un campo santo en el corazón de la ciudad no tiene sentido”, y las tumbas deben estar fuera de la capital.
Además de Moscú, actualmente solo hay Mausoleos en países asiáticos. Existen dos en China, los de Nankín y Pekín, uno en Hanói, Vietnam, y uno en Pyongyang, Corea del Norte.
