Turquía será la principal beneficiada del carpetazo que Rusia dio al proyecto South Stream debido a las trabas por parte de la Unión Europea, destacó el presidente de Gazprom, Alexéi Miller.
"La UE y la Comisión Europea simplemente han regalado la llave del gas a Turquía que, en mi opinión, podrá aprovecharlo en su diálogo con Europa", declaró Miller en una entrevista con la televisión Rossya.
Para Gazprom, Turquía pasa a ser ahora "nuevo socio estratégico en el negocio del gas", segundo mercado después de Alemania e importante país de tránsito, capaz de trasegar al año más de 50.000 millones de metros cúbicos.
"Sin lugar a dudas, ello eleva el rango geopolítico de Turquía en la región. En realidad, Turquía se convierte en un centro de distribución en el sur como Alemania en el norte", señaló el jefe del gigante energético ruso.
La gran perdedora, a su juicio, será Bulgaria que dejará de transportar 18.000 millones de metros cúbicos del gas ruso hacia Turquía, Macedonia y Grecia, además de que pierde una inversión superior a los 3.000 millones de euros y más de 6.000 empleos con la cancelación del proyecto South Stream.
Miller informó que la decisión no tiene relación alguna con las exigencias europeas sobre el tercer paquete energético que prohíbe a las compañías gasistas poseer gasoductos en la UE y resulta de la ausencia de la autorización para la construcción por parte de Bulgaria.
A la vez, subrayó que la UE bloquéo el proyecto y señaló que no hay garantías de que esa política no se repita en caso de retomar el South Stream.
El proyecto South Stream, que se puso en marcha en diciembre de 2012, hubiera trasegado a la Unión Europea unos 63.000 millones de metros cúbicos anuales de gas ruso a partir de 2018 eludiendo el territorio de Ucrania.
El tramo submarino debía conectarse al terrestre en Bulgaria de donde iría a Serbia, Hungría, Eslovenia y al norte de Italia.
