Moscú, 11 de febrero, RIA Novosti. El presidente saliente de Ucrania, Víctor Yúschenko pidió al Tribunal Constitucional aclarar las cláusulas relativas a las bases militares de otros Estados en territorio ucraniano. Este "coletazo" reaviva las polémicas sobre el futuro de las instalaciones navales de Sebastopol usadas actualmente por la Flota rusa del mar Negro (FMN), escribe hoy Nezavisimaya Gazeta.
La actual Carta Magna prohíbe expresamente el emplazamiento de bases extranjeras pero una de sus disposiciones transitorias autoriza al mismo tiempo el arriendo de bases instaladas previamente a la proclamación de la independencia en 1991, siempre y cuando tal permanencia se corresponda con los tratados internacionales de Ucrania. Dicha salvedad permite a la FMN mantener su antigua base en Sebastopol, en la península de Crimea, hasta mayo de 2017, fecha en que expira el respectivo acuerdo entre Moscú y Kiev.
La interpelación de Yúschenko cuestiona la legitimidad del actual status de la FMN pero observadores locales dan a entender que el Tribunal Constitucional tratará de salir por la tangente. "Nadie expulsará a la Flota antes de 2017. Ucrania no está en posición de involucrarse otra vez en un antagonismo con Rusia", piensa el politólogo Konstantín Bondarenko. Él atribuye la iniciativa de Yúschenko al deseo de "formar un nuevo bloque de derecha y usar consignas anti-rusas para entrar en la Rada Suprema", el Parlamento de Ucrania.
Representantes del movimiento ucraniano Flota-2017 recuerdan por su parte que Yúschenko lleva cinco años procurando incluir en la agenda de las negociaciones entre Kiev y Moscú el calendario de la retirada de la FMN, propuesta que la otra parte considera prematura e inamistosa.
Rusia confía en la posibilidad de prolongar el arriendo de la base naval en Sebastopol más allá de 2017. Por tanto, muchos políticos y expertos rusos cifraban esperanzas en el antiguo rival de Yúschenko, Víctor Yanukóvich, líder del opositor Partido de las Regiones y ganador de las últimas elecciones presidenciales.
Yanukóvich jamás descartó la prórroga del acuerdo sobre la FMN pero tampoco prometió perpetuar sus condiciones actuales que permiten a Rusia descontar el importe anual del arriendo - 98 millones de dólares - del monto que Ucrania le adeuda por los suministros del gas. Durante la campaña electoral, el dirigente del Partido de las Regiones reafirmó la necesidad de revisar "considerablemente al alza" esta suma pero en ningún momento insistió en acelerar la retirada de la FMN.
Bondarenko opina que la actuación del nuevo presidente en esta materia será "dura y pragmática", y que intentará canalizar las relaciones con Moscú hacia el ámbito económico. El mismo día en que Yúschenko envió su interpelación al Tribunal Constitucional, Yanukóvich afirmó en una entrevista con CNN que no es "un títere del Kremlin".
Recientemente se supo que Rusia planea reforzar a la FMN con unos cuantos buques y submarinos modernos. Una fuente del Estado Mayor de la Armada rusa aseguró que esta decisión no supone una respuesta al posible despliegue de antimisiles estadounidenses en Rumania pero admitió al mismo tiempo que Moscú podría "fortalecer a ritmos acelerados" el potencial de la FMN, "si los planes de Washington amenazan a la seguridad de Rusia".
El embajador ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, recordó hace poco que el traspaso de Crimea de Rusia a Ucrania, en los años 50 del siglo pasado, no afecta a Sebastopol pues, tuvo un rango autónomo en aquella época. "Esta ciudad nunca cambió de status en el estricto sentido legal, así que no está del todo claro cómo es posible arrendar a sí mismo la base naval de Sebastopol. Creo que tenemos argumentos sólidos para luchar con los nuevos líderes de Ucrania por la comprensión mutua en lo atañe a este asunto de resonancia, extremadamente difícil y políticamente enredado", dijo.
