El futuro del trasiego del gas ruso a través de Ucrania

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La construcción del primer tramo del gasoducto Nord Stream concluyó sin ninguna novedad relevante, aunque este proyecto en realidad es tremendamente trascendente.

La construcción del primer tramo del gasoducto Nord Stream concluyó sin ninguna novedad relevante, aunque este proyecto en realidad es tremendamente trascendente.

Técnicamente, los tres segmentos del tramo todavía deberán ser unidos en el lecho marino de las aguas de Finlandia y Suecia. Esta tarea será cumplida durante el verano en curso. Posteriormente, en otoño, se terminarán el tendido del gasoducto OPAL, que unirá el Nord Stream con el sistema de suministro de gas de Alemania. A finales de año, el gas fluirá por estas tuberías.

De esta forma, Rusia consigue su primer corredor de transporte directo de gas a los sus clientes en la Europa comunitaria. Finalmente, se ha materializado la soñada diversificación de las vías de acceso al gas para la Unión Europea. Y este hecho tiene una repercusión directa para con nuestros vecinos: Bielorrusia y Ucrania.

Estos dos países nunca creían en el éxito del Nord Stream. Es más, Ucrania  estaba convencida de que Europa no permitiría la ejecución de este proyecto, de que los intereses de Kiev pesarían más que los propios para los comunitarios. Pero los intereses europeos habían profundizado demasiado ya que, además de la buscada seguridad energética, en el tendido del gasoducto también participaban compañías alemanas, holandesas y francesas. Finalmente, las naciones por cuyas aguas debían pasar los tubos se decidieron a aprobar el proyecto.

En Europa se llegó a la evidente conclusión de que no hay alternativa al gas ruso. Incluso Dinamarca, líder europeo de las energías renovables, no ha podido encontrar otra salida que recurrir al gas ruso. En 2006, el consorcio Gazprom y la empresa danesa Dong firmaron un acuerdo para la compra de gas que supondrá el suministro anual de mil millones de metros cúbicos de gas a través del gasoducto Nord Stream durante veinte años a partir del 2011.

Al mismo tiempo, Kiev comenzaba a buscar nuevas fuentes de energía para sustituir el gas ruso. Se proyectó la construcción de nuevas centrales nucleares y hasta se trazaban planes de utilizar paja como combustible. Todo en vano. En realidad, habría sido mejor que Ucrania hubiera negociado la conservación del tránsito del gas ruso a través de su territorio. Sin embargo, conscientemente renunció a esa posibilidad y recibió a cambio un enorme agujero en su presupuesto nacional.

En este sentido, basta con hacer un sencillo cálculo. La capacidad del primer tramo del gasoducto es de 27 mil 5 millones de metros cúbicos al año, y ya se han suscrito contratos para el suministro de 22 millones de metros cúbicos. La tarifa para el tránsito del gas por el territorio de Ucrania en el primer trimestre del año en curso era de 2,84 dólares por mil metros cúbicos cada 100 km. El gas ruso transita por el territorio ucraniano a lo largo de unos 1.150 kilómetros.

En el caso de que la tarifa subiera hasta los tres dólares y el volumen de tránsito anual fuera de 22 mil millones de metros cúbicos anuales, los beneficios serían de 760 millones de dólares. Una jugosa suma que podría haber recibido Ucrania sin hacer nada, en el caso de que el Nord Stream no hubiera sido construido.

Pero, este gasoducto ya es un hecho que deja a Ucrania fuera de juego. 

De comparar el año 2012 con el 2010 ó el 2009, parece que Ucrania no tiene los indicadores tan malos. Sin embargo, en 2009-2010 la demanda del gas ruso en la Unión Europea sufrió un pequeño descenso debido a los suministros extra de Qatar. Sin embargo, en 2012 la situación mejorará. La demanda del gas ruso en Europa está en franco ascenso.

Según los datos de Gazprom correspondientes al primer trimestre de este año, se registra un aumento de un 12% en los envíos a la UE (44.100 millones de metros cúbicos). Las previsiones indican que el próximo año, la exportación de gas llegará a las cifras récord del 2008. Los cambios en los proyectos iniciados en Qatar han jugado a favor de esta situación, ya que gran parte de sus envíos  irán a parar a Japón para solucionar los graves problemas derivados de la tragedia de Fukushima.  

En 2008, Rusia trasvasó a través de Ucrania 117.000 millones de metros cúbicos de gas. En 2009, el volumen descendió a 96.000 millones. A partir de ahora, la mayor parte de las exportaciones de gas a Occidente se bombeará a través del Nord Stream. Ucrania ha dejado pasar una auténtica mina de oro.

Pero la historia no termina aquí. La construcción del segundo tramo del Nord Stream terminará a finales del año que viene, con lo que la capacidad del gasoducto aumentará en 55 mil millones de metros cúbicos. Esto reducirá todavía más la cantidad de gas que transita por Ucrania y también su peso político de cara a negociar el precio del gas que adquiere a Rusia. El primer ministro ucraniano, Nikolai Azárov, últimamente se dedica a hacer proposiciones bastante estrambóticas sobre el particular. Ya no se toca el manido y habitual tópico del precio justo que ha venido utilizando la parte ucraniana para definir el precio que estaba dispuesta a pagar. Ahora, Ucrania se ha sacado de la chistera el pagar su precio de mercado real, pero descontando la supuesta tarifa de tránsito, el sistema net back… A él le salen 200 dólares por mil metros cúbicos.

Hagamos, pues, las cuentas: el tránsito del gas a través de Polonia es de unos 700 kilómetros y la tarifa que se paga es incluso más barata que la solicitada por Ucrania. En total, no más de 20 dólares por mil metros cúbicos. Durante el primer trimestre de este año, el precio del gas ruso en el mercado de la Europa comunitaria promedió 327 dólares por mil metros cúbicos.  Con estos precios está conforme Azárov, quien en declaraciones a la agencia Bloomberg puntualizó: “ahora el precio del gas para Polonia es de 320 dólares por mil metros cúbicos, mientras que para Alemania es de 330”.

Por lo tanto, durante el primer trimestre, según el sistema net back, el precio del gas para Ucrania debería ser de 310 dólares y no de los 200, tal como piensa el primer ministro ucraniano. Ucrania firmó en 2009 un contrato que Azárov considera malo por el que terminó pagando 264 dólares por mil metros cúbicos.

No se entiende muy bien de dónde saca Azárov la mágica rebaja para alcanzar los 200 dólares. En el acuerdo contrato en Jarkov había una cláusula de un 30%, con esta cláusula el precio se pone en 210, que con un pequeño retoque queda en 200.

Sin embargo, la rebaja sólo se hacia efectiva, si el contrato del 19 de enero del 2009 se cumplía en todos sus puntos, cosa que, evidentemente, no legó a ocurrir. De forma que si no hay contrato, no hay rebaja. En fin…

La última gota para Ucrania la vierte el gasoducto South Stream con la capacidad para trasvasar 63.000 millones de metros cúbicos anuales de gas.

Cuando entre en funcionamiento, Ucrania quedará definitivamente fuera del tránsito del gas ruso, y sus pérdidas anuales llegarán a los 4.000 millones de dólares.

Es posible que el lenguaje de las cifras atempere las exigencias de los políticos ucranianos y las conversaciones sobre el futuro del transporte del gas a través de su territorio resulten positivas. En caso contrario, Ucrania durante muchos años quedará apartada en los arrabales de Europa, como una especie de monumento al irracionalismo.

*Konstantin Símonov es director general del Fondo Nacional de Seguridad Energética

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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