El Monasterio de Valaam, fortaleza espiritual en el noroeste de Rusia

© RIA Novosti . Andrey Arjipov / Acceder al contenido multimediaEl Monasterio de Valaam
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El Monasterio de Valaam puede ser considerado con toda razón himno a la belleza arquitectónica y religiosa incrustada en la maravillosa naturaleza del Norte de Rusia.

El Monasterio de Valaam puede ser considerado con toda razón himno a la belleza arquitectónica y religiosa incrustada en la maravillosa naturaleza del Norte de Rusia. Grandes pintores y científicos de los siglos XIX-XX acudieron a la isla para inmortalizar el impresionante paisaje y empaparse de los fluidos de la espiritualidad que emanan de este sitio.

Rusia es un lugar único en cuanto a los templos y en la lista de la UNESCO de los monumentos catalogados como Patrimonio de la Humanidad de los 24 situados en el territorio ruso 11 son catedrales y monasterios ortodoxos. El Monasterio de Valaam todavía no figura en la lista de la UNESCO, pero no por ello deja de ser un verdadero pilar de la religión ortodoxa y de la espiritualidad en la zona del noroeste de Rusia. De acuerdo con Decreto del presidente de Rusia, el Monasterio de Valaam recibió el estatus del Patrimonio de los pueblos de Rusia.

Valaam es el nombre de la isla más grande de un archipiélago del mismo nombre situado en el lago Ladoga. Gracias a las particularidades de su situación geográfica y de la composición geológica de las islas, el archipiélago goza de un microclima propio. Las razones son la naturaleza rocosa de las islas junto con el hecho de que el Ladoga es el lago más grande en Europa: sus aguas se calientan con lentitud en primavera y tardan en enfriarse en otoño, lo que desplaza las estaciones del año en la zona unas 2-3 semanas. El aire se calienta en las rocas de granito y sube, impidiendo la formación de las nubes. Como resultado, en las islas hay 30 días de sol más que en el continente.

La isla de Valaam es conocida en primer lugar por el Monasterio masculino de la Transfiguración, con su soberbia Catedral y su campanario de 72 metros de alto. A lo largo de los siglos alrededor del Monasterio y en las rocas iban apareciendo ermitas, capillas y cruces de piedra. Un lugar especial en la historia del Monasterio es adjudicado a la ingeniería y a la construcción de pozos en las rocas, canales para la navegación y sistema de drenaje del suelo.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, antes de que archipiélago de Valaam se convirtiera en parte de Finlandia, el Monasterio representaba una especie de Estado insular independiente, con fábricas propias de producción de paño, de velas y de ladrillos, entre otras cosas. En la isla se extraía y se pulía antes de su posterior venta el granito y se producía aguarrás para exportaciones. Se implantaban los últimos avances científicos y técnicos del momento: la electricidad en el recinto del monasterio fue instalada antes que en las casas de San Petersburgo.

Los monjes cultivaban, además, todo tipo de plantas, abasteciéndose de los más variados productos agrícolas, desde frutas y verduras, hasta carne y aves. En los invernaderos de la isla crecían sandías de hasta 8 kilos de peso y melones de hasta 3 kilos. Se cultivaban plantas medicinales y a los médicos locales acudían pacientes incluso de la capital del Imperio Ruso. En varias ocasiones el Monasterio fue visitado por los zares y los miembros de la familia real rusa.

A partir de 1842, año del inicio de transporte fluvial entre San Petersburgo, la isla de Valaam y la ciudad de Sortavala el Monasterio se convirtió en un destino para los peregrinos. En los días de grandes celebraciones religiosas en los hoteles de la isla se instalaban hasta 4.000 huéspedes.

La isla cautiva al viajero con sus laderas rocosas y sus bosques de pinos. No en vano, sirvió de fuente de inspiración para muchos pintores, poetas y músicos, entre ellos, Shishkin, Kuindzhi, Rerij, Kent, Dumas padre, Chaikovski, así como el viajero Miklujo-Maklai y el creador de la tabla de elemento químicos Mendeléyev.

Además de la excursión estándar de un día de duración que incluye la visita al recinto del Monasterio y de las ermitas de la Resurrección y de Getsemaní, se puede llegar a un acuerdo con los habitantes locales y alquilar una barca para pescar o para dar una vuelta a toda velocidad, darse un baño y comprar a los lugareños pescado ahumado. El sitio sorprende por su belleza y por la abundancia del pescado. No de sorprender, por lo tanto, que los primeros habitantes aparecieran en la isla mucho antes de la época cristiana y dejaran sus huellas en forma de círculos de piedra e inscripciones rúnicas.

Las primeras menciones sobre los cristianos en la isla se remontan al siglo X: se menciona a los santos Sergio y Germán, monjes griegos, que vinieron desde el Oriente para difundir la palabra de Dios. Su papel en la fundación de la hermandad es incuestionable, sin embargo, la época de la construcción del primer monasterio en Valaam sigue provocando discusiones; las opiniones discrepan entre los siglos X-XI y XII-XIV. No es de sorprender, porque la isla está situada cerca del Reino de Suecia y en más de una ocasión se sometió a devastadoras incursiones. En uno de estos ataques se destruyó la crónica que narraba la vida de los santos Sergio y Germán de Valaam, pero sus restos mortales, enterrados en el recinto de la Catedral, se conservaron hasta el día de hoy.

Se puede decir con seguridad que en 1407 el Monasterio ya existía, porque se encuentran menciones de él en las fuentes escritas. En aquel momento vivía en el archipiélago el total de 600 monjes. Los monasterios se solían construir no sólo para hacer de centro espiritual y docente, sino para defender las fronteras septentrionales primero del Principado de Nóvgorod y posteriormente de todo el Imperio Ruso. Monasterios-fortalezas existían también en otras partes del país. A principios del siglo XVII el Monasterio de Valaam, a pesar de su situación geográfica fronteriza, no llegó a convertirse en una verdadera fortaleza. En el año 1617, después de la firma del Acuerdo de paz entre Rusia y Suecia el archipiélago junto con el Monasterio fue cedido a los suecos.

Al acabar la Guerra del Norte entre Rusia y Suecia, según el Acuerdo de paz de Nystad de 1721, Rusia recuperó Karelia Occidental. Los monjes con suma paciencia y perseverancia se dedicaron más que a reconstruir el Monasterio, a volver a construirlo prácticamente desde cero. A la isla se trajo suelo fértil para el cultivo de árboles frutales y arbustos y, sacándole provecho al especial microclima insular y a los invernaderos, en Valaam se empezó a cultivar melones y sandías.

La época del verdadero florecimiento el Monasterio de la Transfiguración la vio con el abad Damaskín, que a lo largo de 42 años, desde 1839 estaba al cargo de la hermandad. Logró atraer a la isla al brillante arquitecto Alexei Gornostaev, para que proyectara y empezara la construcción de la Catedral central de la Transfiguración con una capacidad de 3.000 personas. Se construyeron un hotel para las épocas calurosas del año y otro para las frías, así como una granja de producción de leche, instalaciones pesqueras, sistema de cañería de agua, la Capilla del Manto de la Virgen, la Iglesia de los Santos Padres, varias ermitas y otras edificaciones religiosas. El Monasterio contaba con una pequeña flota: el vapor “San Nicolás” tiraba de lanchas y barcas que transportaban a los peregrinos. Dicho sea de paso, hasta 1917 sólo se podía desplazar por la isla por los caminos y bajo el control de los monjes.

Después de la Revolución de octubre de 1917, la parte occidental del Ladoga junto con el archipiélago de Valaam fue cedida a Finlandia. Acabada la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética recuperó lo perdido, pero en los 30 años como territorio finlandés, el Monasterio quedó vacío. En la época de posguerra allí fue fundado un pueblo laico. Sólo en 1989 se tomó la decisión de devolverle a la Iglesia Ortodoxa Rusa el Monasterio y algunas edificaciones. El 13 de diciembre de 1989, día del San Andrés Apóstol, desembarcaron en Valaam los primeros 6 monjes y el 13 de diciembre de 2005 en el antiguo campanario se volvió a oír la voz de la campana “San Andrés Apóstol”, de 16.5 toneladas de peso.

En la actualidad la isla de Valaam es un sitio de obligatoria visita de los cruceros turísticos por el Ladoga. El punto de partida del viaje puede ser tanto Moscú como San Petersburgo. Un crucero de 3 días de duración podría costar a partir de 150 dólares por persona.

Existen también viajes a Valaam de dos días de duración, organizados por el servicio de peregrinaje del Monasterio que se encuentra en San Petersburgo. El programa estándar, que cuesta también alrededor de 150 dólares, incluye viaje de San Petersburgo en autobús y barco, una noche en el hotel para los peregrinos, comida en el monasterio, excursión por el recinto central, visita a la Ermita de San Nicolás y al cementerio, misa nocturna, vista a la isla de las Ermitas, una segunda comida y la vuelta a San Petersburgo.

Los visitantes que deseen hospedarse en Valaam pueden acudir al Hotel “Zimniaya”, situado en el pueblo cerca del Monasterio. El hotel ocupa uno de las alas del edificio construido en 1900, de modo que se mantiene el ambiente del siglo pasado: altos techos abovedados y la estrechez de las habitaciones recuerdan las celdas de los monjes. Una noche cuesta alrededor de 70 dólares. Otro hotel con el mismo nivel de precios está situado en el recinto central del Monasterio de Transfiguración, cerca del embarcadero de la bahía.

Para poder visitar los templos y el recinto del Monasterio los hombres han de ir con la cabeza descubierta y las mujeres han de llevar faldas y pañuelos.


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