Rusia puso en servicio operacional nuevo radar de alerta temprana.
Moscú quiere tener bajo control el espacio euro-atlántico, incluido el escudo antimisiles de EEUU en Europa. El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, se desplazó el pasado 29 de noviembre a una unidad de las Tropas Aeroespaciales en la provincia de Kaliningrado para poner en marcha el radar Voronezh-DM.
Se anunció oficialmente que este radar no apunta a Occidente, sino que es una medida de respuesta al Sistema de Defensa Antimisiles (DAM) que EEUU y la OTAN están desplegando en Europa.
“Confío en que el radar funcione correctamente y cumpla todas las expectativas”, dijo el mandatario ruso felicitando a los militares.
Características del nuevo radar
Con el nuevo radar Voronezh-DM estacionado en Kaliningrado, Rusia podrá detectar lanzamientos de misiles desde Occidente en todo el espacio de Europa. Se trata de una versión modernizada de radar móvil compuesto por los módulos del modelo antiguo Voronezh-DM.
El fabricante suministra módulos (23 unidades) que se acoplan sobre una plataforma especial de hormigón. El proceso de instalación de un radar de este tipo lleva de 12 a 16 meses.
Por otro lado, los radares en la época soviética eran edificios de hormigón de muchos pisos en los que se instalaban hasta cuatro mil elementos radiotécnicos. Desde el inicio de construcción hasta la incorporación de estas estaciones pasaban más de cinco años.
Los radares móviles pueden modernizarse rápidamente mediante la sustitución de módulos y, en caso necesario, desmontarse fácilmente y trasladarse a otra plataforma. La modernización de los radares soviéticos exigía mucho tiempo y dinero, era imposible desplegarlos en otras zonas.
Según los datos oficiales, el coste de producción y emplazamiento del Voronezh-DM es de 1,5 mil millones de rublos (unos 48 millones de dólares, al cambio actual).
Y un radar tradicional, de la marca Darial, como el que se encuentra en Gabala (Azerbaiyán), cuesta unos 19,8 mil millones de rublos (632 millones de dólares).
Tapando agujeros
Además del radar instalado en Kaliningrado, en Rusia ya están haciendo pruebas para otros dos radares de la serie Voronezh.
El radar Voronezh-M, que está desplegado en Lestuji (provincia de Leningrado), vigila el espacio del Atlántico Norte.
El otro radar ubicado en Armavir (Territorio de Krasnodar) controla la dirección Sur y Suroeste y se prevé que controlará la dirección Sureste tras la incorporación del segundo segmento en 2012.
También se prepara para entrar en acción el radar Voronezh-VP, desplegado cerca de la ciudad de Irkutsk (Siberia) que podrá detectar lanzamientos de misiles desde el Este.
Además de los nuevos radares, el sistema ruso de alerta temprana está integrado por estaciones heredadas de la época soviética y emplazadas a lo largo de la frontera de la URSS.
Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, la mayoría de estos radares pasaron a ser propiedad de ex repúblicas soviéticas.
Hoy en día, Rusia sólo dispone del radar Darial desplegado en Pechora que vigila la dirección del Norte y el radar modernizado Dniepr/Daugava cerca de la ciudad de Olenegorsk (provincia de Múrmansk, al norte de Rusia) capaz de detectar lanzamientos de misiles cuyas trayectorias de vuelo sobrepasan Groenlandia.
En Skrunda (Letonia) y en Gantsevichi (Bielorusia) había radares sin terminar de construir desde 1995. El radar en Letonia, al fin y al cabo, fue destruido por explosión.
El radar en Bielorrusia fue incorporado al servicio operacional en otoño de 2003. El radar de Kaliningrado deberá sustituirlo en el caso de una situación extraordinaria.
En Kazajstán sólo siguen funcionando estaciones antiguas.
Los radares del mismo tipo en Mukachovo y Sebastópol (Ucrania) están bajo control de las autoridades de Kiev. Antes de 2008, Rusia y Ucrania utilizaban conjuntamente estos radares a tenor de un acuerdo bilateral. En 2008, Rusia abandonó el acuerdo y los radares están desmontándose paulatinamente.
A finales de 1990 y principios del 2000, aparecieron muchos agujeros en el sistema de radares de alerta temprana de Rusia, y sólo ahora se pueden observar los resultados conseguidos para tapar esas brechas.
La incorporación de los nuevos radares coincidió con el aumento de tensiones entre Moscú y Washington a raíz de las discrepancias respecto a la DAM (Sistema de Defensa Antimisiles) de EEUU y la OTAN en Europa.
La respuesta de Rusia no apunta a Occidente
Las autoridades rusas aprovecharon la puesta en servicio del nuevo radar en la provincia de Kaliningrado para recordar a EEUU las discrepancias existentes en relación al escudo antimisiles global y las posibles consecuencias de desestimar la opinión de Moscú.
"Espero que esta medida sea vista por nuestros socios occidentales como señal de la disposición de nuestro país a responder a las amenazas que supone el sistema de defensa antimisiles estadounidense para nuestras fuerzas nucleares", declaró Medvédev el pasado 29 de noviembre.
Además, el presidente ruso destacó que el radar no apunta a los interlocutores occidentales de Rusia y puede ser utilizado por ambas partes para contrarrestar las amenazas globales.
Mientras tanto, la atmósfera general de las consultas bilaterales sobre la estabilidad estratégica sigue muy tensa. Todas las iniciativas de EEUU en el ámbito del despliegue del escudo antimisiles en Europa provocan una reacción nerviosa en Rusia que insiste en que Washington coordine sus acciones con Moscú.
“En caso de que nuestra señal sea desatendida, como he declarado el 23 de noviembre pasado, Rusia tomará otras medidas, incluyendo el despliegue de grupos de ataque”, advirtió el líder ruso durante una reunión con altos mandos de las Fuerzas Armadas de Rusia, celebrada tras la puesta en servicio del nuevo radar.
El mandatario ruso propuso reforzar la cobertura de las fuerzas estratégicas nucleares, instalar en los misiles balísticos dispositivos capaces de burlar el escudo antimisiles y, probablemente, emplazar en las así llamadas direcciones amenazadas (el oeste y el sur del territorio ruso) sistemas de armamento moderno capaces de destruir el componente europeo del sistema de defensa antimisiles de EEUU.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTl CON LA DE RIA NOVOSTI
