Rusia enviará una misión a Marte tras explorar la Luna

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Los fracasos que sufrió la industria espacial rusa en los últimos meses, no han suspendido el desarrollo de proyectos pero obligaron a revisar los planes.

Los fracasos que sufrió la industria espacial rusa en los últimos meses, no han suspendido el desarrollo de proyectos pero obligaron a revisar los planes.

“Menos agitación, más seguridad”, así se puede resumir la nueva estrategia. Sin renunciar a sus ambiciones en el ámbito de la exploración de Marte, Rusia decidió centrar atención en el desarrollo de programas lunares durante los próximos años.

Rusia repetirá la misión de la sonda interplanetaria Fobos-Grunt

“La Academia de Ciencias considera que el proyecto de la Fobos-Grunt debe repetirse”, dijo en la rueda de prensa celebrada el pasado 10 de abril Lev Zelioni, director del Instituto ruso de Estudios Espaciales.

El lanzamiento fallido de la Fobos-Grunt en noviembre de 2011, que saltó al primer plano en la lista de los accidentes de cohetes y satélites rusos, causó problemas a la Agencia Espacial de Rusia (Roscosmos) y a los científicos.

Pasados varios días desde que el motor sustentador de la sonda se pusiera en marcha tras la separación del cohete propulsor y el aparato se quedara orbitando la Tierra en vez de dirigirse hacia Marte, los responsables se dieron cuenta de que el aparato puede caer. A partir de ese momento se divulgó la tesis que sería necesario repetir la misión a Fobos, satélite de Marte, pero después de perfeccionar la plataforma y realizar sus pruebas terrestres y orbitales.

No se prevé iniciar de inmediato la preparación para el lanzamiento de una nueva misión a Marte. Para conseguir un éxito en la exploración del planeta rojo Rusia decidió realizar dos tareas simultáneamente: participar en el proyecto ExoMars desarrollado por la Agencia espacial Europea (ESA) para enviar una sonda orbital y un módulo de descenso a Marte en 2016, así como perfeccionar las tecnologías de los aparatos para la exploración del espacio lejano empezando con la exploración de un cuerpo celeste más cercano, la Luna.

Luna-Glob y Luna-Resurs se someten a revisión

El programa de la exploración de la Luna ha cambiado debido al fracaso de la sonda Fobos-Grunt. Además del evidente aplazamiento de estas misiones, se decidió cambiar el orden de lanzamiento de las sondas Luna-Glob y Luna-Resurs y las respectivas misiones.

Anteriormente se planeaba lanzar en 2013 el aparato Luna-Resurs, que debería transportar a la Luna una base robotizada diseñada en la India y en 2014, enviar al satélite la sonda Luna-Glob.

Ambas misiones estaban destinadas a investigar la superficie de las áreas polares de la Luna. En la última década, los estudios de las áreas próximas a los polos de la Luna han detectado cráteres posiblemente llenos de hielo, lo que da esperanzas de que exista agua en el satélite terrestre.

Según Lev Zelioni, se considera que las reservas de agua de la Luna podrían proceder de los cometas que bombardeaban la superficie lunar durante centenas de millones de años.

Ahora se decidió ensayar primero en la plataforma de la sonda Luna-Glob las tecnologías de alunizaje suave y sistemas de control. Se planea realizar esta misión en 2015, informó Lev Zelioni.

Tras el fallo de la sonda Fobos-Grunt los expertos cambiaron de estrategia. Los aparatos lunares utilizarán la misma plataforma, por eso antes de cargarlos con las herramientas científicas es necesario someterlos a una serie de pruebas.

En 2016, se planea lanzar hacia la Luna un orbitador que girará alrededor del satélite. “Será un aparato potente con equipos científicos a bordo de más de 100 kilogramos de peso... Se explorará, en particular, la exosfera lunar mediante experimentos astrofísicos. El aparato estará ligado con un módulo de descenso”, dijo Zelioni.

Según Zelioni, en 2017, cuando el grupo aeroespacial ruso NPO Lavochkin desarrolle una nueva plataforma más pesada para los aparatos interplanetarios de exploración espacial, una sonda heredera del proyecto ruso-indio de la Luna-Resurs alunizará en la superficie del satélite terrestre. Es posible que esta misión sea conjunta también, y las negociaciones al respecto ya se han iniciado.

La nueva sonda pesada, además de un vehículo robótico podrá transportar a la Luna una máquina perforadora para la exploración de los estratos del suelo lunar en profundidad. No tanto el propio suelo lunar, conocido como regolita, representa interés como el agua que contiene este.

Además, el suelo lunar del que disponen los científicos terrestres gracias a las misiones Apolo y de las estaciones automáticas interplanetarias lanzadas por la URSS fue tomado en las latitudes medias del satélite y actualmente no representa interés. "Es otra Luna, otras áreas y otro suelo. No vamos a estudiar regolita”, dijo Zelioni.

Es necesario estabilizar las plataformas

La ciencia espacial rusa, tanto teórica como aplicada, sufre por la inestabilidad e inseguridad técnica de los cohetes propulsores y las plataformas de aparatos espaciales, así como de los errores cometidos durante la preparación y realización de lanzamientos.

Aparte de los problemas de factor humano, es necesario perfeccionar las tecnologías y no solo en los ensayos terrestres sino también en los lanzamientos de prueba. Esto requiere recursos y esfuerzos adicionales y, lo que es aún más importante, lleva mucho tiempo.

Mientras, se debe explorar el espacio ahora mismo. Las instituciones académicas están dispuestas a plantear tareas de la exploración del espacio lejano y suministrar el equipo sofisticado a las respectivas misiones. ¿Qué se puede hacer?

La caída del ‘telón de acero’ facilitó la situación. La industria espacial rusa participa con frecuencia en los proyectos extranjeros aportando sus cohetes propulsores o dotando aparatos extranjeros con el equipo de fabricación rusa, etc.

La misión aplazada a Marte no sería un caso excepcional. Parece que Rusia decidió postergar el vuelo hacia el planeta roja hasta los 2030, pero los científicos rusos podrán continuar explorando Marte ya en esta década.

En 2016 y 2018, se llevará a cabo la misión europea ExoMars a la que Moscú se adhirió la semana pasada al sustituir a EEUU, que decidió abandonar el proyecto. Según el director de Roscosmos, Vladímir Popovkin, Rusia participará en ExoMars en caso de que se cumplan tres condiciones. El cohete propulsor Protón, que se prevé utilizar para el lanzamiento de la misión, será considerado como la aportación rusa al proyecto. Además, los rusos instalarán una parte de su equipo de investigación en el aparato y todos los resultados obtenidos serán propiedad intelectual tanto de la Agencia Espacial Europea (ESA) como de la Academia de Ciencias de Rusia.

Se planea instalar en el primer aparato que volará hacia Marte en 2016 una serie de espectrómetros de fabricación rusa, incluido el espectrómetro de neutrones. Según Lev Zelioni, Rusia asimismo está dispuesta a ofrecer a los europeos una fuente de alimentación de radioisótopos para el módulo de descenso, lo que puede cambiar los planes para su utilización posterior.

Anteriormente, se preveía dotar el módulo con una fuente de alimentación a través de una reacción química, lo que restringía su posible uso como base de investigación. Según Zelioni, de hecho la vida del módulo de descenso no va más allá de varios días, y a base de este tan solo se podría ensayar la tecnología de aterrizaje suave sobre la superficie de Marte.

En caso de que se utilice la fuente de radioisótopos de fabricación rusa, se extenderá el plazo de servicio independiente del módulo de descenso, lo que permitirá dotarlo con equipos de investigación adicionales. Se podría convertirlo por ejemplo en un observatorio para realizar estudios relacionados al clima.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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