El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado el nombramiento de Julia Pierson, de 53 años, para el puesto de directora del Servicio Secreto, encargado de proteger a la máxima autoridad del país.
¿Por qué este cargo, ocupado tradicionalmente por hombres, ha sido confiado por primera vez en la historia a una mujer?
Recuperar la reputación
La nueva jefa del Servicio Secreto habrá de asumir la tarea de recuperar la reputación del organismo, empañada por una serie de escándalos en los que estaban involucrados sus agentes. El más importante tuvo lugar hace un año: durante la visita de Barack Obama a Colombia algunos de los agentes recurrieron a los servicios de prostitutas.
Más tarde los medios de comunicación informaron de que lo mismo había ocurrido supuestamente durante las visitas del presidente a Rusia y El Salvador. Se tuvo que introducir la prohibición oficial del consumo de alcohol en acto de servicio, en vez de las anteriormente aceptadas normas no escritas. Todo parece indicar que el presidente cree que sus guardaespaldas se comportarán de una manera más formal, teniendo a una mujer como jefe.
Julia Pierson parece ser la candidatura idónea
Julia Pierson lleva treinta años trabajando en el Servicio Secreto, los últimos cinco, como jefa del gabinete del director, de modo que conoce bien el funcionamiento de la entidad. Entre 1988 y 1992, durante el mandato de George Bush padre, trabajó para la División de Protección Presidencial.
Como jefa del gabinete del director supervisó el proyecto de modernización de los sistemas de dirección con unos costes de 250 millones de dólares. Estas experiencias podrían serle útiles, dado que en los próximos cinco años el Servicio Secreto ha de modernizarse profundamente. Los descontentos con el nombramiento insisten en que, dado el carácter principalmente administrativo de los cargos que ha ocupado Pierson durante su carrera, no le será nada fácil encargarse de la seguridad de los altos cargos.
Nombrar a una mujer era imprescindible
El nombramiento será una respuesta a los críticos de Barack Obama. Al presidente se acusa de elegir a hombres para los puestos clave: el Departamento de Estado está encabezado por John Kerry, el Pentágono, por Chuk Hagel; la CIA, por John Brennan y el Departamento del Tesoro, por Jacob Lew.
En alguna ocasión los periodistas le preguntaron con insistencia al portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, cuándo se nombraría a una mujer para algún puesto de importancia. De aquí en adelante los defensores de la igualdad de sexos pueden estar tranquilos, porque por primera vez en los 147 años de existencia del Servicio Secreto la dirección de este potente organismo se le ha encomendado a una mujer. La organización dispone de un presupuesto de 1.500 millones de dólares y cuenta con 1.400 oficiales y 3.500 agentes.
Sin embargo, el principal criterio por el que se juzgarán los avances de Pierson serán sus primeros pasos como directora del Servicio Secreto y los resultados de su trabajo. Si consigue que los agentes dejen de estar involucrados en sonados escándalos, se podrá considerar que está consiguiendo éxitos.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
