Kirguizistán encuentra el momento justo para cerrar la base militar de EEUU

© RIA Novosti . Vladislav Ushakov / Acceder al contenido multimediaBase aérea de EEUU en el aeropuerto de Manas
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El pasado jueves 23 de mayo los “verdes” de Kirguizistán salieron a las calles de la capital del país, Biskek, para protestar contra la base aérea de EEUU ubicada en el territorio del este país centroasiático.

El pasado jueves 23 de mayo los “verdes” de Kirguizistán salieron a las calles de la capital del país, Biskek, para protestar contra la base aérea de EEUU ubicada en el territorio del este país centroasiático.

Los manifestantes exigieron al Centro de Tránsito de Manas –así es desde 2009 el nombre oficial de la base instalada en el aeropuerto de Biskek– compensaciones por el daño que había causado la caída el pasado 3 de mayo de un avión-cisterna estadounidense.

Los organizadores del mitin planeaban convocarlo antes pero las autoridades del país pidieron aplazarlo unos días. Esta sutil maniobra tenía por objetivo hacer coincidir la protesta popular contra la presencia de militares estadounidenses en el país con el anuncio del cierre de la base por parte del presidente kirguís. El 21 de mayo el Ejecutivo presentó al Parlamento el proyecto de resolución para derogar el convenio de cooperación concerniente al aeródromo de Manas, a partir del 11 de julio de 2014.

Las autoridades de Kirguizistán lo hicieron en el momento justo: la noticia trascendió una hora antes de la intervención del mandatario kirguís, Almazbek Atambáev, en un foro de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), los bálticos y Georgia. Y, lo más importante, una semana antes de la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) convocada para el 28 de mayo.

Cabe recordar que desde que fue elegido presidente en noviembre de 2011 Atambáev hizo pocas apariciones públicas para aclarar cuestiones tan importantes para su pueblo y para los socios extranjeros de Kirguizistán. La principal de ellas fue precisamente la referente al futuro de la base militar estadounidense.

Las reiteradas declaraciones del líder kirguís de intención de acabar con la presencia militar de EEUU para 2014, que no iban más allá de las promesas, empezaban a suscitar nerviosismo entre los socios de Biskek en OTSC. El Kremlin dio a entender en varias ocasiones y sin rodeos que la realización de los grandes proyectos económicos ruso-kirguises, como la construcción de centrales hidroeléctricas en Kirguizistán, depende de si Biskek mantiene su palabra.

Otro factor que contribuyó a que se produjera el desenlace definitivo es la presidencia en la OTSC asumida por Kirguizistán a principios del año. Las frecuentes visitas a Biskek del secretario general de esta organización, Nikolái Bordiuzha, y sus reuniones regulares con el jefe de Estado, obligaron a Almazbek Atambáev a sentirse responsable de todo cuanto le incumbe dentro de la OTSC.

En este contexto hay algunas frases de Atambáev en el foro reveladoras, como cuando dijo: “La OTSC, una organización que yo he tomado con mucho escepticismo, en diciembre del año pasado se convirtió en una fuerza real” y “Kirguizistán necesita cooperar militarmente con Rusia”.

Estas palabras se deben no sólo a las decisiones concretas tomadas en la anterior cumbre de la OTSC en Moscú sino también a ciertas circunstancias de carácter personal. En vísperas de aquella cumbre el presidente kirguís hizo las paces con el general Bordiuzha, que había lanzado críticas acérrimas contra algunos políticos de Kirguizistán, participantes en el derrocamiento del anterior jefe de estado, Bakíev.

Ahora la herida está definitivamente cerrada y nada obstaculiza la cooperación de Biskek en el marco de la OTSC que dejará, por fin, de sospechar a las autoridades kirguises del doble juego con Washington. Conforme el proyecto de la resolución presentado al parlamento nacional, para el 13 de enero de 2014 deberán estar finalizados todos los procedimientos legales para denunciar el acuerdo con respecto al uso de Manas por los estadounidenses y notificarlo a EEUU 180 días antes para que dicho documento entre en vigor a partir del 11 de julio de 2014.

Almazbek Atambáev dio a entender que la pérdida de la paga anual de 60 millones de dólares en concepto de arrendamiento de Manas será suplida por las fuentes internas refiriéndose, posiblemente, a inversiones extranjeras en yacimientos de oro en el suelo kirguís. O tal vez el discurso sobre las pérdidas de Biskek por cerrar la base es una indirecta para Moscú…

Porque Rusia en su momento se comprometió a adquirir acciones del centro de conexión internacional en el que podría convertirse Manas tras la retirada de los militares estadounidenses.

Mientras tanto Washington se tomó con tranquilidad la información sobre los planes de Biskek de denunciar el acuerdo sobre la base aérea. “Apreciamos la sólida y duradera cooperación con Kirguizistán en el contexto de un proceso para conseguir que haya un Afganistán estable, seguro y próspero”, dijo a la agencia kirguisa Fergana.ru el representante del Departamento de Estado de EEUU.

Será que Washington, al valorar la situación, decidió que para julio de 2014 ya no habrá necesidad de mantener una base militar en el aeropuerto kirguís.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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